viernes, 29 de mayo de 2009

Diario (8)


Para Hoy (29/05/2009)

Afuera de mi ventana... Otra vez calor tras una semana de respiro.

Estoy pensando... hoy acabo con los dentistas. En hacer algunas listas para ir ordenando por temas.


De los lugares donde aprendemos... Hemos metido la mesa de trabajo en la habitacion de laia, y llevamos varias tardes haciendo cosas sin parar el rato de la siesta (yo preferiria dormir siesta, pero bueno). Y la semana que viene tengo reunion para colaborar en la fiesta de fin de curso del cole.

Me siento agradecida por... la vida que llevo, aunque suene a topico.

Desde la cocina... Montignac resuena estos dias mucho en mi cabeza. Y las palabras "alimento apto", "hidratos de carbono", "IG", "comida protido-lipidica", "glucido-proteinica"...Hay que hacer una especie de master o algo. Pero estoy encantada y de paso estoy cocinando mas y mas sano. Igual estoy adelgazando por el esfuerzo mental que realizo en aprender todo eso.

Que traigo puesto... camiseta azul con un Rayman, shorts verdes y chanclas naranjas.

Estoy leyendo... Una verdad incomoda, de Al Gore.

Lo que espero... descansar este fin de semana

Estoy creando... ue! esta semana si. Estoy creando un espacio de formacion on line para una asociacion.

Estoy escuchando... el ruido del pc y a Teo canturreando.

Por toda la casa... como siempre, esos objetos pequeños que pierden en algun momento su lugar y se acomodan en cualquier sitio, creando sensacion de desorden.

Una de mis cosas favoritas... bañarme en la playa al atardecer.

Algunos planes para el fin de la semana... viene mi hermano y familia, asi que verles. Laia se lo pasa bomba con su primo. Y aparte de eso... todavia no hay nada definido. Descansar, ha sido muy intensa esta semana.

Aquí está una foto que pensé compartirles: La encontre absorta ojeando su revista y no me pude resistir.

martes, 26 de mayo de 2009

Pelo

Llegamos por los pelos al proyecto sobre pelo, que proponia meninheira. La propuesta de Laia fue que nos peinaramos. Lo hicimos.

Mi primera idea fue hacer un monigote como el que propone cuatroenlacama . Tenemos uno parecido que le regalaron a Laia por su cumple y a pesar de que el pelo esta algo, digamos, canoso, lo conservamos con cariño y de vez en cuando le cortamos el pelo. Es que es una princesa con corona y todo. A lo que iba, queria renovar al monigote pero primero no encontraba semillas y cuando tuve una alternativa pues Laia no queria usar la media que ya habia cortado para ello (horror!!). Me he comprometido a coserla.

La segunda idea fue recortar fotos de pelos de diferentes formas y colores y hacer un collage. Estuvimos un rato mirando fotos, pero no cuajo tampoco.

Y por fin, hacer una muñeca, que es un valor seguro, ha tenido exito. Hemos usado una caja de caserio, lana, goma eva, fieltro y un palo. Una vez acabada, le he enseñado como se hacen las trenzas y parece que le ha gustado la idea pues ha estado practicando. Y por supuesto, al final, representacion.





lunes, 25 de mayo de 2009

Conectar con los niños


Articulo publicado en el pais semanal 26-04-2009 y adaptado (en su bibliografia) por Sole, de entre comadres. La verdad es que como yo soy tan racional, no siempre tiendo a contar historias simbolicas, y creo que es algo que tengo que revisar. Sole tambien recomendaba esta pagina con cuentos. Reconozco que aun no he echado mano a cuentos con el objetivo de educar. Siempre me he acercado a ellos por el placer de disfrutarlos, pero es cierto que la mayoria de cuentos e historias pueden servir para ver modelos... no se, ya digo que tengo que revisarme esto. Pero si que el sentido de tratar de acercarnos a su lenguaje, a su forma de entender las cosas, me parece fundamental. Por eso resalto el ultimo parrafo. Hay que entender que no son adultos en miniatura.

Hace poco, unas madres me preguntaban por cuentos para ayudar a los hijos en su adaptacion al cole. Y me di cuenta de que yo lo que hice fue una proyeccion del futuro. Le explique punto por punto lo que iba a suceder durante el dia en el cole, tambien la lleve a la clase antes de que comenzara, para que jugara con los juguetes, conociera a la profe, la visualizara, le diera vida real. Vamos, que de simbolico, nada, pero realmente a ella le motivo todo lo que le explique y experimento y desde el primer dia fue encantada a clase.
Si que, por ejemplo, me he acercado al abordaje de los sentimientos que genera el tener un hermano pequeño, a traves de un cuento que me paso Eva (y que a ver si consigo el permiso de las autoras para colgarlo). El poder ver a traves de un cuento que todos los sentimientos son validos creo que le ha ayudado mucho a elaborarlos.

Conectar con los más Pequeños
FERRAN RAMON-CORTÉS 26/04/2009


A menudo hablamos a los niños como si fueran adultos. Error. Hay que cambiar el código. Sustituir la explicación conceptual por la narración simbólica, por cuentos e historias. Echarle imaginación. Es eficaz y estimulante.

Cuando mi hija empezaba a leer, un día, libro en mano, me preguntó:


–Papá, ¿qué es generoso?

Se lo intenté explicar lo mejor que pude. Le conté que ser generoso consiste en dar a los demás, en compartir las cosas, en no quererlo todo para ti…

–¿Lo has entendido? –le pregunté.

Al tiempo que corría por el pasillo hacia su habitación, oí que me contestaba:

–Creo que sí.

Pasaron algunas semanas, y una tarde me volvió a preguntar:

–Papá, ¿qué era lo de generoso?

Batalla perdida, pensé. Quizá lo había entendido en su momento, pero evidentemente no lo había interiorizado, y por ello ya no lo recordaba. Probé con otra estrategia: en lugar de insistir con mis explicaciones, le conté una historia. Un ejemplo de generosidad de una persona muy cercana a ella: su abuela. Escuchó atentamente mi relato con los ojos abiertos como platos y con una gran sonrisa en sus labios. Yo noté que esta vez algo se estaba moviendo dentro de ella.

Algunos meses más tarde, volviendo de la escuela me dijo:

–¿Sabes, papá?, hoy en el cole hemos hablado de lo de ser generoso. Y yo les he dicho: “Como mi abuela”.

Ahora estaba seguro: no sólo lo había entendido, sino que probablemente lo recordaría para siempre.

Conectando con los niños.

“La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento”

(Anthony de Mello)

Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales. Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros. Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños. Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos, y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo. Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco. Por eso nos parece que tenemos que repetirles doscientas veces las cosas para que las asimilen, cuando lo que ocurre es que no les interesa lo que les contamos. Y es que sin darnos cuenta, les hablamos en un código de adultos que los adultos entienden y comparten, pero que a ellos les es completamente ajeno.

Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código. Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias, los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra.

Podemos explicarle a un niño veinte veces la necesidad de comer verduras. Ni le interesará ni lo comprenderá realmente. Pero una buena historia, con un héroe alimentado de verduras (al más puro estilo de Popeye y sus espinacas), le transmitirá perfectamente la idea, y no lo olvidará fácilmente.

El poder de las historias

“La mente es una criatura metafórica” (Michael A. Arbib)

La mente de los niños es especialmente sensible a la fantasía. Y lo que es más importante, como son muy listos, son perfectamente capaces de conectar esta fantasía a su vida real aprendiendo de las historias.

Las historias comunican mucho más que las meras explicaciones. En primer lugar, porque el niño las visualiza, las imagina, las vive. Las hace suyas, atesorándolas y fijándolas en la memoria. En segundo lugar, porque conectan con sus experiencias y con todo lo que ocurre a su alrededor. El niño le da significado a la historia estableciendo precisos paralelismos con su vida. Las historias conectan con vivencias y realidades que son únicas e individuales de cada niño que las recibe. Y en tercer lugar, porque las historias mueven emociones, cosa que difícilmente hace una mera explicación. Mover sentimientos es una clave esencial para fijar el recuerdo. No sólo en los niños, también en los adultos, las cosas que sólo se entienden, se olvidan. Las que además se sienten, se recuerdan para siempre.


Los niños se encuentran inmersos en pleno proceso de desarrollo de su personalidad. Es un momento crucial para que entiendan el significado de determinados valores y para que den sentido a sus comportamientos. Es una etapa en la que necesitan información y quieren comprender el significado de muchas cosas que ocurren a su alrededor. Nosotros, como adultos, también nos vemos en la necesidad de explicarles muchas cosas que no son fáciles de explicar.

La separación de los padres de un amigo, la llegada al mundo de un nuevo hermano, un compañero de clase que viene de un país lejano y no habla nuestro idioma, la muerte de un abuelo… Hay mil cosas que vamos a tener que explicar a los niños porque son situaciones que ya están viviendo o que un día les tocará vivir.

A veces no sabemos ni cómo ponernos a ello. Sin embargo, es mucho más fácil de lo que parece. Tenemos que atender a su lógica. Los niños son extremadamente listos. Y tienen una lógica aplastante. El primer día que fuimos a esquiar, mi hijo de cuatro años andaba buscando la tele del telesilla: “¿Los telesillas no son sillas con tele?”, me preguntó.

No caiga en la tentación de explicarle que tele significa lejos, que televisión es una visión remota o que telesilla son sillas que te permiten cubrir una cierta distancia. Conecte con su lógica y métase de lleno en su fantasía. Es usted quien ha de ir a su mundo, no traerlos a ellos al nuestro… Todavía…

Nos basta con buscar, o inventar, una buena historia. Una historia que haga que el niño se meta en la situación que le queremos contar. Que la viva en su imaginación y la llene de fantasía. Si lo hacemos así, nos daremos cuenta de que las preguntas vienen solas e inmediatamente al término de nuestro relato, prueba de que la historia ha despertado en el niño lo que tenía que despertar.

Van a continuación tres estrategias para conseguir de los niños lo que tanto nos cuesta aplicando nuestro esquema:

Cuentos para transmitir afecto. Cuando explicamos historias a los más pequeños, además de educarles o enseñarles algún concepto (si la historia está pensada para ello), obtenemos un beneficio adicional: establecemos un fuerte vínculo de afectividad. A través de un cuento compartimos con el niño un espacio de fantasía que él aprecia y valora especialmente. Y de alguna manera, nosotros mismos acabamos siendo parte de la historia. Porque el cuento tendrá los matices y la fuerza que le demos a través de nuestra entonación, de nuestra particular manera de contarlo. Eso genera mucha complicidad con los pequeños, que querrán que les repitamos el cuento una y otra vez, exactamente con las mismas palabras, con las mismas inflexiones, sólo para disfrutar del momento.

Es un efecto que, si nos paramos a pensarlo, no nos resulta ajeno. Porque es exactamente igual a lo que nos pasó a nosotros de pequeños con los cuentos de nuestros padres y que esperábamos con impaciencia cada noche.

para mantener el recuerdo. Es bueno que los pequeños conozcan a sus antepasados, que tengan una historia familiar y que conozcan toda la saga. Es bueno también que recuerden a los que ya nos han dejado y a los que han tenido un papel especial en sus vidas. Todo esto lo podemos contar también con las historias. Historias que haremos a medida y en las que los personajes y los héroes serán estos familiares a los que queremos recordar.

El recuerdo contiene siempre una importante dosis de distorsión. No nos debe preocupar aportar, además, una buena dosis de fantasía. Lo importante es asegurarnos de que lo mantenemos vivo.

para establecer unas reglas. Otro aspecto fundamental en la comunicación con los niños es el establecimiento de normas o pautas de conducta. También aquí el código que utilicemos será crucial.

Es difícil que un niño entienda que debe despertarse a las 7.15, que tiene que estar desayunando a las 7.35 y que a las 8.00 hay que salir hacia la escuela. Se lo podemos repetir cien veces, que no lograremos mucho. Y recordar las normas cada mañana, al tiempo que nos enfadamos porque vamos con retraso, no ayuda mucho. ¿Cómo puede hacerse cargo un niño de lo que significa todo esto? Hacer un juego de todo ello es mucho más efectivo. Marcar en el reloj de la cocina una gran línea roja, jugar a acercarse a la línea, hacer de los últimos minutos unos momentos de máxima expectación y premiar con un punto la victoria, convierte la norma en un reto. Y hará que la recuerden y, sobre todo, la aprendan.

¿Que no estamos muchas veces para juegos? Debemos saber que si recurrimos a la norma explícita y a la bronca, no la acabarán de comprender. Sabrán que les están riñendo, pero no sabrán exactamente por qué, ni qué tienen que hacer para solventarlo. Es cierto que no todas las normas admitirán un juego, pero sí una dosis de fantasía, una metáfora o una pequeña historia. Y es bueno que lo hagamos, porque es su lenguaje, y lo que queremos es que nos entiendan.


CON OTRO LENGUAJE
1. Libros

‘El niño con el pijama de rayas’, de John Boyne (Salamandra, 2007). Un maravilloso ejemplo del funcionamiento de la lógica infantil, tan sensata y tan directa, y tan despojada de segundos sentidos y de malicia.

‘Cuentos de todos los colores’, de J. M. Hernández Ripoll y Aro Sainz de la Maza (RBA, 2004). De gran ayuda para acercar la multiculturalidad a los niños a través de los cuentos.

2. Películas

‘La isla de Nim’, dirigida en 2008 por Mark Levin y Jennifer Flackett. Narra la historia de una niña que acude a su héroe literario para salir de una situación límite. Una interesante metáfora de la traslación de las historias a la vida real por parte de los niños.

domingo, 24 de mayo de 2009

Rosas

Este fin de semana ha refrescado en Madrid. Hemos pasado de un calor inaguantable a una temperatura agradable, algo inestables, aunque ha habido lluvias. Habiamos planeado diversas salidas para este fin de semana, que se han visto modificadas.

La primera de ellas fue a los castillos hinchables que nos recomendo Eva. La mañana del sabado amanecio lluviosa, asi que decidimos posponerla. Pero, maravillas del tiempo, por la tarde hizo bueno, asi que nos fuimos a la actividad que organiza el Ayuntamiento de Pozuelo. Es genial. Aparte de cuatro mega castillos adaptados a diferentes edades, habia muchos tenderetes, con talleres y juegos varios. Estuvimos toda la tarde y aun nos falto tiempo. Laia hizo unos prismaticos con rollos de papel, un collar y una pulsera. Yo me quede con las ganas de jugar a un cuatro en raya gigante (bueno gigante si uno es un niño) y a una especie de twister. Creo que este verano nos van a ver mucho por alli.

Y el domingo cambiamos de planes y nos acercamos al Parque del Oeste. Que maravilla los parques de Madrid. Siempre que voy recuerdo cuando, embarazada de Laia, en un curso sobre aprendizaje en contextos de ocio y tiempo libre, un chico nos dio un paseo explicado por el parque. Fue todo un descubrimiento. Hay arboles enormes, vegetacion muy frondosa, vistas increibles, pero tambien contiene una parte importante de la historia de Madrid. Siendo de fuera como soy, me pregunto por que toda la fama se la lleva el Retiro, cuando en esta ciudad hay parques expectaculares. Hoy hemos visitado la Rosaleda, que en estas fechas esta de fiesta, con concursos incluidos. Tanto Laia como yo hemos cogido la camara, porque era una experiencia tanto para el olfato como para la vista que no podiamos dejar alli.

Algunas de las fotos de Laia:

Y algunas mias:



viernes, 22 de mayo de 2009

Esos locos bajitos

Una cosa lleva a la otra y me he acordado de esta cancion. Es una version antigua, de cuando yo era una loca bajita, con discurso previo, en el que habla de como surgio el titulo de la cancion y de como si uno vive con niños se da cuenta de lo maravillosamente locos que estan. Lo que pasa es que, tal y como dice, caen en manos de los adultos que les recortan esas alas magicas que traen de fabrica.




A menudo los hijos se nos parecen,
y así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar.

Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.

Diario (7)


Para Hoy (22/05/2009)

Afuera de mi ventana... otro dia caluroso. Menos mal que mañana bajan algo las temperaturas

Estoy pensando... en lo rapido que pasa el tiempo. Teo ya tiene 4 meses y como me decia una amiga el otro dia cada vez que lo pienso me aferro a el para no dejar pasar ni un instante. Hay que disfrutar estos momentos, que no vuelven.

De los lugares donde aprendemos... Pues definitivamente he abandonado un curso on line que estaba haciendo. Era muy interesante, pero no era mi momento.

Me siento agradecida por... la salud que gozamos en esta familia. Luego, a la minima, nos volvemos un poco quejicas (vease ayer con mi muela o laia con cada heridita que tiene) pero precisamente es por eso, no nos pasan cosas serias y suelen ser esporadicas.

Desde la cocina... estoy a dieta!!! por fin creo que puedo decir que estoy controlando lo que como, de forma sana y sin atacar la nevera. Espero que me dure la motivacion.

Que traigo puesto... camiseta de tirantes verde oscuro, falda verde claro, chanclas, cinta en el pelo y bebe incorporado.

Estoy leyendo... El amante de la China del Norte. Es un toston de libro, no entiendo la fama que tiene.

Lo que espero... Seguir disfrutando de cada segundo y tambien seguir motivada con la dieta.

Estoy creando... nada. Que poco creativa soy...

Estoy escuchando... pajaros, las obras de la calle y de vez en cuando las grapas que se clavan en los sofas de la tapiceria de abajo.

Por toda la casa... juguetes y ropa por guardar en los armarios.

Una de mis cosas favoritas... cantar.

Algunos planes para el fin de la semana... castillos hinchables, quedar con una amiga, retocar la pintura, salir de excursion... algo se quedara sin hacer

Aquí está una foto que pensé compartirles: Y busco de nuevo ayuda. Es un arbol que huele de maravilla cuando, como ahora esta en flor.


jueves, 21 de mayo de 2009

Slipping through my fingers

Sigo sin acentos...

Hoy estoy tontona. Por la mañana me han hecho una endodoncia y por la tarde Laia y su padre se han ido a comprar unos zapatos de verano, una excusa como otra cualquiera para que yo estuviese en casa tranquila, por si me dolia mucho la muela y se me hacia cuesta arriba estar con los dos churumbeles. Y es cierto que me duele a pesar del ibuprofeno, pero mira por donde, no dejo de pensar en mi nena. Y eso, como estoy tontona me he acordado de esta cancion de Abba. Se esta haciendo tan mayor... tan rapido...


Schoolbag in hand, she leaves home in the early morning
Waving goodbye with an absent-minded smile
I watch her go with a surge of that well-known sadness
And I have to sit down for a while
The feeling that Im losing her forever
And without really entering her world
Im glad whenever I can share her laughter
That funny little girl

Slipping through my fingers all the time
I try to capture every minute
The feeling in it
Slipping through my fingers all the time
Do I really see whats in her mind
Each time I think Im close to knowing
She keeps on growing
Slipping through my fingers all the time

Sleep in our eyes, her and me at the breakfast table
Barely awake, I let precious time go by
Then when shes gone theres that odd melancholy feeling
And a sense of guilt I cant deny
What happened to the wonderful adventures
The places I had planned for us to go
(slipping through my fingers all the time)
Well, some of that we did but most we didnt
And why I just dont know

Slipping through my fingers all the time
I try to capture every minute
The feeling in it
Slipping through my fingers all the time
Do I really see whats in her mind
Each time I think Im close to knowing
She keeps on growing
Slipping through my fingers all the time

Sometimes I wish that I could freeze the picture
And save it from the funny tricks of time
Slipping through my fingers...

Slipping through my fingers all the time

Schoolbag in hand she leaves home in the early morning
Waving goodbye with an absent-minded smile...

miércoles, 20 de mayo de 2009

Collares

Esta semana la palabra del proyecto de meninheira era collar. La verdad es que a veces Laia se pone a hacer collares de forma espontanea, pero esta semana no hemos encontrado momentos. Por un lado, se lo dije tarde, por otro he estado post-dentista sin ganas de nada (y mañana mas, que horror) y por ultimo de viaje. Asi que ha sido de esas semanas que mucha preparacion pero luego poca dedicacion. Incluso pinte unas estrellitas con acuarelas, pero ahi se han quedado de momento.




miércoles, 13 de mayo de 2009

Salimos en una revista


Pues como diria Eva, estoy en plan estrella mediatica. Ya he decidido que lo mio es la prensa. Me vi en el video sobre el anuncio de flex y que horror!! entre mi cara, mis gestos y mi voz entrecortada... quita, quita, me paso a la imprenta. Asi que cuando Claudia me puso en contacto con la periodista, lo primero que hice fue escribir las respuestas a las preguntas frecuentes: por que, el dolor, la seguridad... siempre desde mi punto de vista, claro.

Esta semana aparece en la revista Mia (paginas 26 y 27) un reportaje sobre el parto en casa. Esto es lo que yo conte a la periodista por escrito, que me resulta más sencillo escribir que hablar, aunque luego hubo que recortar a un par de frases, jeje, que no era un monográfico sobre mí misma.


La imagen es del blog por un parto respetado, que aprovecho para recomendar

Ah, no soy experta en e-learning, como aparece en la revista (como lea esto mi compi, ex-compi Sonia se van a oir las risas en Australia) pero tenia que cerrar el reportaje, no me localizaba y Claudia sabia que trabajo en el tema (y tiene mucha fe en mi). Ahora si:

Di a luz a mi hija mayor en un hospital, el 12 de octubre, sometida a un protocolo estandarizado, casi mecánico. Sentí que no se me informaba de nada y que el personal, sobrepasado de trabajo esa noche, se olvido de que atendía a personas y no estaban en una fábrica. En la habitación de dilatación entraban y salían sin dirigirme la palabra, haciéndome tactos, sondándome, rompiéndome las aguas, dando clases a estudiantes (recuerdo hasta 6 personas mirándome y ninguna de ellas se digno a mirarme a los ojos, a decirme una palabra amable). Durante el expulsivo, ya en la sala de partos, tumbada casi por completo e inmovilizada a causa de un exceso de epidural, entraba y salía gente sin parar y apenas cruzaron unas palabras conmigo, más que para decir empuja ahora. Entre la ginecóloga y la matrona intercambiaban palabras, miradas de preocupación, me hicieron maniobra de kristeller sin avisarme siquiera, me cortaron y me sacaron a mi hija con espátulas, “para abreviar”, según sus propias palabras (dichas como si yo no estuviese presente). Se les cayó el cordón umbilical al suelo, sin dejar opción ya a que lo donáramos, se llevaron a mi hija durante una hora sin decirnos por que, dejándonos con una sensación de vacío inmenso. El momento más feliz de mi vida se convirtió también en uno de los que recuerdo con mas amargura. Me cosió dos veces una estudiante, las dos mal, ignorando mis preguntas, ignorándome como persona. El recuerdo que tengo, básicamente, es una sensación de no haber estado presente en el recibimiento de mi hija, de estar asustada y abrumada por el trato recibido.

Tenía claro que para el nacimiento de mi segundo hijo quería algo diferente. No quería que la forma en la que me trataran dependiera de un lotería, de si había más o menos trabajo, de si me tocaba la matrona humana o una persona poco amable, o estresada. Así que busque a los profesionales con lo que quería dar a luz, en un principio en un hospital, pero sabiendo que la intervención médica se ajustaría a las necesidades reales que hubiese en cada momento. Las clases de preparación al parto las realice con unas matronas que promueven el parto natural. Se hablo mucho del parto en casa y poco a poco algo fue cambiando en mi interior, sintiendo que el lugar en el que me sentiría más segura era mi hogar. A un mes de la FPP mi ginecólogo cambio de hospital y me entro miedo de nuevo a topar con gente desagradable, a tener que pelear porque se me respetara como persona. Me bloqueaba pensar en ese escenario y cada vez que imaginaba el parto, me venía a la mente mi casa.

Así que decidimos comenzar el parto en casa, que viniera una matrona e ir viendo. Si me sentía cómoda, seguiríamos en casa. Si sobre la marcha prefería ir al hospital (mas allá de una necesidad real de traslado, por supuesto), pues nos íbamos. De esta forma me sentía tranquila y segura. Finalmente, me sentí tan bien en casa que durante el parto no pensé ni por un instante en irme al hospital. Disfrute en todo momento de una experiencia impresionante, del milagro que es dar paso a una vida.

Ningún hospital me generaba confianza y venia marcada por una experiencia anterior que para mí fue traumática. Ahora, una vez mi hijo nació en casa, no imagino ningún lugar mejor para recibirle. Fue un parto rápido, sencillo. Pude en todo momento hacer lo que me pedía el cuerpo, confiar en mi naturaleza, dejarme llevar por ella, sentirme segura. Las personas que me atendieron, un ginecólogo y una matrona, fueron un soporte, estaban ahí sin hacerse notar, que era lo que yo necesitaba en esos momentos.

Sobre el dolor, que es algo que preocupa a muchas mujeres, pues realmente no se puede decir que sufriera un dolor inaguantable. Todo fue muy rápido y mi sensación en todo momento es que vendrían momentos de dolor más fuerte y contracciones más intensas. Me quede esperando, ya que dilate muy rápido y el proceso de expulsivo fue muy poco doloroso. Oigo hablar a mujeres que han sentido un aro de fuego, que se partían… no es mi caso. Estaba en lo que se conoce como “planeta parto”, anestesiada por mis propias endorfinas y no llegue a sentir nada más que la necesidad de ayudar a mi hijo a nacer. Recuerdo que en el hospital, hasta que me pusieron la epidural, tumbada en una camilla, sin poder moverme a causa de la monitorización interna constante y del suero, note mucho más dolor que en mi segundo parto.

En relación a la seguridad de un parto en casa. En mi caso soy una mujer sana, con un embarazo normal y sano, así que no existía ninguna contraindicación previa. Sobre los contratiempos que pudieran surgir me informe y decidí que era seguro. La casi totalidad de traslados al hospital son sencillos. Me asustaba el prolapso de cordón, porque ahí sí que hay poco tiempo de reacción, y hay que ser muy preciso en la postura que tiene que adoptar la madre, pero de nuevo la información torció la balanza. Por un lado, es más normal que ocurra en un hospital, que es donde se rompen aguas antes de tiempo, desencadenando la corriente que arrastra al cordón, por así decirlo, y la urgencia médica. Y por otro, mi matrona había hecho traslados (en hospital) con prolapso y me mostro como actuar.

Una vez nació: fue maravilloso poder acostarme esa noche en mi cama, sentirme pletórica en mi casa. Nada enturbio el parto de Teo. Tanto él como yo fuimos respetados en todo momento. Todo fue sencillo y placentero. Tal y como soñe.

lunes, 11 de mayo de 2009

Proyecto semanal

Esta semana Meninheira proponia la palabra hueso. Al comentarlo con Laia me pregunto que que era eso. Me extraño la pregunta porque alguna vez habiamos hablado, de pasada, sobre los huesos, habia visto huesos de pollo (por ejemplo), la habia oido utilizar la palabra, vamos.


Durante la semana:


- Hemos visto este video sobre los huesos.




- En jugueterias hemos visto esqueletos de dinosaurios.

- Cuando hemos comido carne, le he mostrado los huesos.

- Hemos hecho un esqueleto humano con plastilina.

- Ha pintado un esqueleto humano.

- He nombrado algunos de los huesos mas conocidos.


Ha sido todo bastante informal y a medida que avanzaba la semana se despertaba su interes sobre el tema. El esqueleto de plastilina la ha tenido atareada. Se acosto con el a medio hacer y al levantarse en vez de pedir dibujos, se fue directa a seguir con su proyecto.


Haciendo repaso, me decia:


- Que tenemos muchos huesos.

- Que los huesos nos aguantan.

- Que los huesos tienen nombres.

- Que los huesos de Teo son pequeños, los suyos tambien y los mios grandes. Conclusion, que los huesos crecen!!!

- Que el esqueleto que pinto es magico y le dijo que no durmiera la siesta el domingo :)



sábado, 9 de mayo de 2009

Nuestra experiencia


Voy a poner aqui algo que tengo escrito sobre como fue el proceso de control de esfinteres de mi hija. Hasta ahora me daba algo de pudor pero creo que quizas pueda servir a algunos padres a confiar en que si (sigo sin acentos), que llega un dia en el que estan preparados y que ellos pueden dejar el pañal de una forma sencilla. No todos tardan lo mismo en pasar por las diferentes fases que les lleva a controlar sus ganas de ir al baño. Algunos niños parece que es de un dia para otro (es un decir) maduran el esfinter y pueden prescindir del pañal. En su caso, el proceso fue muy visible desde los 18 a los 27 meses, cada pasito que daba en su maduracion lo fui siguiendo. Para mi fue muy sencillo aunque explicado asi, tan detallado parezca algo largo. Y su historia es bastante parecida a la que explico cani en entrecomadres y que a mi me ayudo tanto a relajarme en este tema y confiar en ella.

Imagen de errede, por aquello de que mi hija dio el salto cuando se sintio segura.

Sobre los 18 meses ella sabía cuándo iba a hacer caca (siempre le ha costado un pelín hacerla, poco, pero lo suficiente para que lo “notara”). En el momento de hacerla, te decía, caca!!! Y la cambiaba una vez hecha. En esa época más o menos comenzó a pedir que le cambiara el pañal también cuando había hecho pis.

Compramos un orinal y un adaptador, por si le iba interesando, pero casi nunca lo usó en esa época. Estaba por si acaso. De hecho, el orinal recuerdo que llegamos de comprarlo y lo dejamos en el estudio. Pues como Laia lo vio ahí, luego no quería que lo lleváramos al baño, lo consideraba un juguete más. Le expliqué para qué servía y ya está, ahí quedó en el baño un tanto abandonado.

Al llegar la primavera-verano, comenzó a pedir pis. Decía, “pis!” Y quería hacerlo en el orinal o adaptador (sin una pauta fija, según le daba). Ahí empecé a ver que quizás estaba empezando a controlar, porque nos solía dar tiempo a llegar, pero no siempre. Cuando estábamos en el parque y alguno de sus amigos mayores quería pis, ella también quería ir. La ponía en los árboles y a veces hacía, a veces no. Eso sí, luego ya no quería ponerse el pañal que llevaba hasta que llegábamos a casa y le ponía otro (ejem, es que al salir del cole no solía llevar pañales de sobra..., vaya, para hacer el trayecto, guarde-parque-casa... pues íbamos sin recambios). Entonces iba hasta casa sin pañales. En casa, a veces decía que quería seguir sin ellos. Compramos braguitas, por si acaso (ella sabía dónde estaban, para qué servían... y a veces se las ponía, con pañal debajo o sin él), y los pañales-braga, para subir y bajar mejor cuando pedía ir al lavabo. A veces salíamos y pasábamos por todos los lavabos del mundo, porque pedía cada dos por tres pis (iba con pañal o braga-pañal, pero iba pidiendo cada poco rato). Ahí ví que ella estaba como demasiado pendiente de este tema. Un pelín obsesionada con ir al lavabo.

Entonces le empecé a explicar “a fondo” el proceso, cómo cuando estuviera preparada lo notaría y dejaría de utilizar el pañal. Estas charlas tenían casi siempre lugar en el lavabo, mientras yo hacía pis ella me hacía saber que yo no llevaba pañal y esas cosas. Y yo le explicaba, quitándole importancia, dando información (sencilla, para ella). Que ni eran temas de mayor-bebé (esto era algo que decía mucho, el ser mayor y no llevar pañal), ni de hacerlo bien-mal... sino de tener el cuerpo preparado.

Se le pasó la obsesión, pero como era verano, recuerdo en la playa que se pasaba el día casi sin pañal ni nada. A veces pedía, a veces veías el chorrillo caer. La caca sí que la pedía. Por cierto, la caca, desde el principio (los 18 meses que hablaba) la tirábamos al wc (del pañal al wc por ejemplo) y le decíamos adiós y todo eso.

Pasó el verano, volvió al cole. Sabía que allí en el mes de septiembre no proponen quitar pañales, porque bastante cambio es la adaptación después de un mes de vacaciones. Mi duda estaba en ¿me tendré que pelear con las cuidadora en octubre para que sigan respetando su ritmo? Confiaba en que no, ya que antes de las vacaciones, habiamos hablado informalmente sobre el tema. Ella decía, que veía a laia muy centrada con el tema, demasiado, que era pequeñita y estaba conmigo en dejarla seguir su ritmo.


Llegó el mes de octubre y hubo cambios. Seguia pidiendo hacer caca, de hecho se iba al lavabo directamente. Con el pis, tras un tiempo avisando antes de hacerlo para ir al wc, volvió a pedir cambio de pañal una vez hecho el pis. A veces, a petición propia, pasaba las tardes sin pañal, pero si se le escapaba, se mosqueaba y ya no quería saber nada del tema. Cuando más parecía que había perdido el interés, me dijo una noche: “soy mayor, pero necesito el pañal todavía”(a mí esto del soy mayor, reconozco que me da rabia, pero no quise ahondar más, ya que entendía que era un tema de necesitar o no necesitar el pañal) Al cabo de dos días, el 26 de octubre por la mañana me dijo: “soy mayor, no necesito pañal. Ponme unas braguitas”. Así que se fue al cole sin pañal. Ni un escape allí. De hecho, me comentó la cuidadora que le había preguntado un par de veces y que parecía “ofendida” por “tanta pregunta”, que ella ya sabía cuándo tenía que ir al lavabo. La verdad es que fue un día muy emocionante. Siempre hablamos de respetar su ritmo, de quitar importancia al hecho, pero definitivamente, ves cómo van pasando etapas. Encima escogió un momento que para mí no era el mejor. Era viernes y el domingo por la tarde yo me iba de viaje (3 noches separadas. Ese mes habíamos pasado nuestras primeras dos noches separadas el 15 y 16 de octubre, y venían 3 más ese fin de semana, qué mes tan horrible!) . Aún no se lo había dicho (pensaba trabajarlo el viernes, sábado y domingo). Pero ella estaba lanzada Sólo el domingo, cuando hacía maletas para irme de viaje, mojó braguitas dos veces seguidas y pidió pañal. Se lo pusimos, pero a partir de ahí pidió todas las veces, sólo necesitaba sentirse "segura" con su pañal, aunque no lo mojara. Al ir a cambiarle el pañal (seco) volvió a pedirle a su papi braguitas (yo ya me había ido de viaje).

Tuvo algún escape los primeros días de pis, a última hora de la tarde, cuando ya estaba cansada y un par de días de caca (justo lo que antes hacía siempre en el wc). Le sabía fatal e incluso llegó a decir que “lo sentía”. Y ahí estabamos para animarla y decirle que no pasaba nada, que era parte del proceso, que lo limpiábamos y que seguro que la próxima llegaba (y que si no era así tampoco pasaba nada). Vaya, intentaba transmitirle calma, aunque es cierto que me recuerdo insegura (bueno, no me recuerdo, pero me he releído en otro sitio donde hice una especie de diario de acontecimientos). No sabía qué era normal, si se estaría sobre esforzando... pero mantuve actitud de calma ante ella y sobre todo de que ella era dueña de su proceso, que yo la apoyaba en todo. Durmió varias siestas (porque llegaba dormida a casa) sin pañal y no hubo humedades. Así que en unos días, las siestas sin pañal, porque iba al lavabo y luego se iba a la cama. Nunca ha habido escapes en las siestas.

En ese momento, su faceta “yo solita” se reforzó. Se subía al water sola y todo (eso pasó luego), se afanaba mucho más por quitarse y ponerse la ropa, lo mismo con la comida (tanto para comer como para cocinar).... estaba independiente total, me parecía una pasada todo el proceso.

También vimos los primeros días, cómo este tema, si se le da demasiada importancia podía llegar a convertirse en un mecanismo de expresión. Y no es lo que buscábamos. Por mucha tranquilidad que intentábamos mantener, es cierto que tratas de evitar escapes. Nosotros no éramos de preguntar, pero ella vio que si decía pis, salíamos corriendo a donde fuera. Así que sí que vimos unos días cómo “jugaba” a decir que tenía pis sin tenerlo cuando tenía ganas de salir de algún sitio, jeje. Replanteamiento nuestro: Si de verdad hay un proceso de control, no hay que salir corriendo. Ante todo, mucha calma. Y fin del estrés.

En cuanto a la noche, vimos que desde el primer día amanecía seco. Antes de la semana se despertaba para hacer pis, y aunque tenía pañal quería levantarse. En breve dejó de despertarse, pero seguíamos con el pañal seco. Pensamos en comprar un protector, para intentar alguna noche sin pañal nocturno. Se nos adelantó a finales de noviembre (más o menos al mes de quitarse el diurno). Una noche dijo que no quería llevarlo tampoco. Ni gota. Por la noche sólo ha tenido escapes cuando hemos viajado muchas noches. En Navidad de ese año, estuvimos de viaje 7 noches y las últimas había pequeños escapes, justo se despertaba al comenzar a hacerlo y acababa en el lavabo. Esta semana santa, tras 3 noches, la cuarta sí hubo un buen escape. Nos tocó tranquilizarla porque fue algo que no le gustó nada de nada.

Veo que mi hija no decidió quitárselo hasta que estuvo muy muy segura. Tenía 27 meses. Sé que si en verano hubiésemos insistido, se lo podíamos haber propuesto, porque daba muchas señales de interés... pero vimos que estaba sobre esforzándose (creo que porque varios de sus amigos del cole estaban en el proceso), que en realidad no estaba preparada, así que decidimos que el tema se calmara. Y cuando de verdad estuvo lista, todo fue sencillo. Desde los 18 meses hasta los 27, pues fijaos qué de tiempo pasó. El desarrollo del control de esfínteres requiere muchos pequeños pasos a veces sutiles, lentos a nuestros ojos, pero todos necesarios. Habrá niños que ese proceso lo hagan de forma más intensiva, otros que tarden más, pero poco a poco, todos llegan a controlar si se les da la oportunidad.

Y ahora, con casi cuatro años y un hermano recien llegado... por aquello de las regresiones, puedo comentar que al principio del embarazo, paso unos dias que tuvo algunos escapes. Creo que fueron dos o tres dias y eran pises muy continuos, siempre durante la tarde, nunca en la escuela infantil. Pero se pasaron. Y con la llegada del hermano no ha habido ninguna regresion (de momento). Tengo una teoria sobre ello, pero prefiero callarla, no sea que por aquellas cosas de la vida me la tenga que comer con patatas.

viernes, 8 de mayo de 2009

Diario (6)




Para Hoy (08/05/09)
Afuera de mi ventana... Pues tras una semana de cielo azul y mucho calor, hoy dia bochornoso, nublado, de esos que cuesta abrir los ojos y te duele la cabeza.

Estoy pensando... En las ganas que tengo de hacer algun viaje y en las posibilidades reales.
De los lugares donde aprendemos... mmmmm, pues sigue el desorden. Quiero ordenar los cajones donde tengo el material, que se ha ido acumulando sin remedio.

Me siento agradecida por... Por una semana tan buena para mi "autoestima laboral". Me ha hecho salir de una dinamica en la que ya me estaba metiendo, y ademas me ha aclarado las ideas sobre lo que quiero hacer (otra cosa es que pueda hacerlo).
Desde la cocina... pues hemos comido ensalada de arroz. Y como he tardado tanto en hacer el diario y ya es de noche, pues olor a pescado (si meni, a mi nena tambien le gusta el pescado, no se si mas o menos que la carne, pero le gusta)

Que traigo puesto... camiseta de lactancia azul, falda verde y voy descalza. Jeje, de nuevo he escrito esta mañana. Ahora voy igual pero con unas chanclas que me he comprado esta tarde por dos euritos.

Estoy leyendo... El niño de cuatro años
Lo que espero... Poder controlar un poco las ganas de comer y poder perder algun kilito.

Estoy creando... creo que nada. Ah, bueno, una recopilacion de fotos para llevar a mis padres la semana que viene.

Estoy escuchando... la respiracion de teo

Por toda la casa... pequeños objetos que nunca se donde guardar y ahi estan, en medio

Una de mis cosas favoritas... Dormir
Algunos planes para el fin de la semana...pues ibamos a "correr" la carrera de la mujer, pero se lleno, asi que no sabemos... improvisaremos.

Aquí está una foto que pensé compartirles: Tengo unas ganas de viajar... esta foto es de Heidelberg, tomada el año pasado.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Ser para educar


Ojeando en una libreria el libro Aprender a vivir con niños, Ser para educar de Rebeca Wild he leido una de esas verdades que a veces necesitan ser recordadas. Mas o menos venia a decir que tenemos mucha paciencia cuando los niños aprenden a tocar por ejemplo el piano, y apreciamos su esfuerzo, sus notas desafinadas. Asi ocurre cuando empiezan a dibujar o a escribir. Vemos cada paso y nos sentimos orgullosos. Pero cuando se trata del aprendizaje emocional toleramos muy mal que no sepan resolver sus conflictos a la primera.


La imagen es de Monica Calvo y refleja bastante bien algunos momentos de nuestro dia a dia, gato incluido (aunque Teo lo que tiene en la boca es otra cosa).

martes, 5 de mayo de 2009

Actividades varias

Umm, esto de hacer una especie de resumen semanal de algunas de las cosas que hacemos por las tardes me sirve para ver que vamos haciendo cositas, incluso esta semana que pensaba que estabamos un poco apaticas (que yo estaba apatica, quiero decir). Nos hemos dedicado a ir bastante al parque, mucho juego simbolico (a veces me abruma tanto chorro de imaginacion, simplemente no puedo seguirlo, me siento en otro planeta con un ritmo mucho mas lento), pintarme la cara un dia si y otro tambien...
Siguiendo la idea de Maria, retomamos el darle una camara y que fotografie el parque. Fuimos al parque de San Isidro, que en visperas de las fiestas se pone precioso (una vez pasa todo Madrid por sus praderas el 15 de mayo, al pobre le cuesta levantar cabeza). Tanto ella como yo hicimos muchas fotos. Me encantan sus praderas, pero tambien sus limites, con esas vistas impresionantes sobre Madrid. Se veia hasta la Sierra, con restos de nieve.
Algunas de sus fotos y una pregunta para el album: ¿Que arbol o arbusto es ese granate?






Tambien pintamos la habitacion (aun quedan cosas por hacer)



El proyecto semanal tenia como protagonista la palabra letra. Laia ultimamente no esta mucho por el tema escritura y no queria forzar nada. Y aunque copiaremos sin pudor lo que ha hecho meninheira con su prole (espero no nos cobres canon ;) ) pues no nos hemos matado mucho esta vez. Volviendo del parque cogio unas hojas del suelo. Justo veniamos comentando que la palabra era letras y surgieron muchas ideas por su parte. Llegamos a casa y dibujo algo relacionado con blancanieves. Yo puse el nombre con las letras de imanes y ella escribio Blancanis. Hizo lo mismo con sirenita. Despues invertimos, a peticion suya, la dinamica. Yo escribi un par de palabras y ella busco las letras para copiar. Lo que mas me gusto es que vinieron a casa los ganadores del sorteo y les regalo a cada niño uno de sus dibujos (no es que vaya para artista, como dice maria esta en fase "churro", pero me conmovio).



Y aqui escribimos con imanes en forma de animalitos su nombre. Pedazo punto tiene la I.

Ah, un ultimo apunte. Hoy le ha salido una vena manual y mientras yo estaba sentada con Teo, ella ha sacado varios materiales y ha hecho varias cosas que le ha parecido bien: una casa con cajas, unos cuadros, algo inclasificable con lana... derrochaba creatividad por los poros (y por la boca, que me lo contaba todo y me parecia impresionante el ritmo de ideas que tenia).

EL PENSAMIENTO EN LA EDAD PREESCOLAR



Un texto que llevo Sole a entrecomadres desde JUGAR Y APRENDER, pasatiempos educativos de 0 a 10 años (DOROTHY EINON) . Ultimamente he oido a Laia comentar cosas del estilo de los ejemplos que hay en el texto. Que pena no haberlas apuntado, porque eran de una logica muy particular.
Edito para añadir un ejemplo que ha dicho esta tarde:
- ¿Que cenamos hoy?
- Ensalada de pasta.
- Vale, pero hoy no quiero lechuga.- y tras un breve silencio, con voz emocionada - Siiiiii, si quiero lechuga. Claro, hoy como lechuga porque llevo una camiseta verde.


Ilustracion de misspink a la que he conocido via kireei

El niño de cuatro años tiende a hablar como si creyera que, cuando dos cosas suceden al mismo tiempo, tienen que estar relacionadas. Escucha lo que dice y descubrirás cómo piensa. Un niño de cuatro años dice:

“No puede ser la hora de ir a la cama porque todavía no me he bañado”.

“Me parece que necesito beber porque me duele la rodilla”.

Pero a los ocho años ya no habla de esta suerte. Parte del goce que procuran los niños pequeños consiste en oír su razonamiento infantil. No es que carezcan de lógica ni que su lógica sea fundamentalmente errónea. Si empuja la pelota y ésta se mueve, es lógico concluir que el empujón ha sido la causa del movimiento; pero cuando un niño aplica la misma regla a la relación entre irse a la cama y el baño, lo que falla es su aplicación de la lógica.

Desde el comienzo los niños tienen un esquema mental de las cosas, y a ese esquema adaptan la información que reúnen. Sus esquemas son maneras simples -se las podían llamar primitivas- de dar sentido al mundo. Pero los niños no son estáticos; sus conocimientos y sus habilidades crecen día a día y, naturalmente, comienzan a advertir las limitaciones de su manera de pensar. A medida que crecen y se desarrollan, cambian y reestructuran su visión del mundo. Tales cambios son siempre graduales y tienen lugar más de una vez a lo largo de la infancia.

Uno de esos cambios se produce ya a los nueve meses, cuando la memoria en desarrollo le hace posible comprender que las cosas existen aun cuando él no las vea. Otro tiene lugar alrededor de los catorce meses, cuando comienza a usar palabras y gestos para representar los objetos. Alrededor de los seis o siete años, y quizás antes, el cambio fundamental es que comienza a establecer principios generales a partir de sus experiencias individuales; lo advertirás ahora que el niño dispone de lenguaje para expresar sus descubrimientos.

El primer tipo de razonamiento “infantil” -según el cual, si dos cosas suceden al mismo tiempo, una es causa de la otra- podría denominarse intuitivo. A los seis o siete años este razonamiento se convierte gradualmente en razonamiento deductivo.

Veamos un ejemplo. Tu hijo de cuatro años acaba de volver de la guardería y te cuenta lo que le ha sucedido por la mañana. Empieza por preguntarte “¿Has visto los zapatos nuevos de Menchu?”. No ha olvidado que es su abuela y no tú quien lo recoge casi siempre en la guardería, pero da por supuesto que tú compartes su experiencia. Cuando le explicas que no estás segura de quién es Menchu, responde: “La niña con la que estuve jugando en el bote”.

Por el contrario, el pensamiento de un niño de ocho años ha progresado a tal punto que puede ponerse en tu lugar y darse cuenta de que, puesto que no has estado en la escuela, necesitas más información para entender lo que él dice. Es probable que comience con las palabras “¿Te acuerdas de la niña de la mamá que tiene un coche deportivo verde…?”. Hay niños de cinco años que comenzarán una anécdota con “Tú me conoces, pues…”.

Piaget -cuyas teorías de psicología evolutiva han ejercido tanta influencia sobre el modo en que concebimos el pensamiento infantil- llamó “egocentrismo” a la incapacidad infantil para ponerse en el lugar del otro. El niño ve las cosas desde su propia perspectiva y no siempre tiene en cuenta otras opiniones. Pero está claro que, así definido, el egocentrismo no es exclusivo de los niños pequeños. ¿Cuántas veces no has hablado demasiado de prisa para que pudiera entenderte un extranjero con escaso dominio de tu lengua? Por otro lado, ¿qué decir de los niños de cuatro años que simplifican su lenguaje y elevan el registro de la voz cuando se dirigen a un niño más pequeño o a una muñeca que hace las veces de bebé?

Es claro que el egocentrismo es una cuestión de grados. Todos somos egocéntricos en ocasiones, pero en el niño en edad preescolar, es más probable que esto sea la regla y no la excepción. Puede que ni siquiera se dé cuenta de que cuando os sentáis en lados opuestos de la mesa de la cocina, él puede mirar por la ventana y tú no.

Quizá parezca que a los cinco años ya es tarde para aprender que la gente no tiene ojos en la nuca; pero aprender que el punto de vista propio es diferente del tuyo es más complejo de lo que puedes imaginarte. En primer lugar, el niño tiene que aprender las propiedades de los objetos: por ejemplo, que tienen base y parte superior, anverso y reverso. En segundo lugar debe aprender que las otras personas tienen diferentes perspectivas: que miran las cosas desde distintos ángulos que él. Y en tercer lugar tiene que descubrir qué es la perspectiva. Aprender a tener en cuenta la perspectiva de los demás no se aplica únicamente a lo que se ve sino también a lo que se siente y se piensa; la habilidad para tener en cuenta la perspectiva ajena en todos sus aspectos puede verse malograda por vías similares. El paso crucial de irse apartando del egocentrismo es una simple cuestión de ponerse a sí mismo en tu posición; en otras palabras, de asumir tu papel. Por eso la dramatización y la simulación tienen todavía enorme importancia en el desarrollo de tu hijo.

La capacidad de darse cuenta de que otras personas tienen otras opiniones y de que esas opiniones pueden no coincidir con la del propio niño es, probablemente, una labor no sólo ardua sino también esencial: incluso hay pruebas de que este desarrollo se corresponde con la capacidad de lectura: el niño que aprende pronto a tener en cuenta el punto de vista ajeno, es probable que lea pronto; el que lo aprende más tarde, leerá también más tarde.

Naturalmente el dominio del punto de vista ajeno lo aprenderá en parte de ti. Si le permites que tenga opiniones y puntos de vista diferentes de los tuyos, es más probable que el niño comprenda que también los de los otros hay que tenerlos en cuenta. Supón que está ocupado pintando, pero hay dejado todos sus bloques desparramados por el suelo. Puedes insistir en que abandone la pintura y rocoja los bloques inmediatamente. O puedes pedirle que lo haga tan pronto como termine. En el primer caso, no respetas su punto de vista; en el segundo, sí. Si agregas que la próxima vez tendrá que recoger los bloques antes de empezar a pintar porque podrías caerte, también le haces comprender que debe respetar tu opinión. Si prestas atención a su opinión, él aprenderá a prestar atención a la tuya. Si lo ves conmoverse cuando le lees un cuento triste o si viene a abrazarte cuando te ve abatida, tendrás una prueba de que está aprendiendo.

El tercer rasgo esencial del pensamiento de la edad preescolar también se relaciona con su egocentrismo y, probablemente, en parte lo explique; se trata de la dificultad para tener simultáneamente en cuenta más de un concepto relativamente sencillo.

Dale dos bolas de masa idénticas y te dirá que son iguales. Estira una, y no advertirá que siguen conteniendo la misma cantidad de masa. El cambio de forma acapara su atención y no puede retener cómo era anteriormente. Esta incapacidad para retroceder un paso tiene una consecuencia evidente: si no puede advertir que la masa estirada fue esférica, no podrá percatarse de que puede volver a adoptar esta forma, esto es, que la operación puede invertirse. En realidad, no piensa en absoluto en términos de operar sobre las sustancias -en las modificaciones que pueden sufrir-, ni en las operaciones en general. Piensa en términos de aquí y ahora, de causas inmediatas y efectos inmediatos.

El paso de lo inmediato a lo operacional será tan gradual que te resultará difícil detectarlo. No obstante, puedes advertir el progreso con este sencillo experimento: forma dos líneas exactas de cinco botones; verá que son iguales. Luego separa los botones de una de ellas, de modo que resulte más larga. Algunos niños de cinco años (y la mayoría de los de cuatro) te dirán que en la línea más larga hay más botones. Pero la mayor parte de los de siete te dirán que ambas líneas tienen la misma cantidad de botones. Si se equivoca, prueba de nuevo, pero esta vez añade una “traviesa incursión” del osito y altera accidentalmente una línea, de modo que quede más larga que la otra. El niño no tendrá dificultad para advertir que ambas líneas contienen la misma cantidad de botones, pues su comprensión depende de la manera en que experimenta la causa del cambio. El osito las ha desordenado; tú las has cambiado intencionalmente, y eso ha impedido al niño advertir que la cantidad de botones seguía siendo la misma.

Prácticamente todo aquel que ha trabajado con niños pequeños está de acuerdo en que hay una gran diferencia entre el pensamiento de un niño de cinco años y el de uno de siete. Lo mismo que el paso del bebé al infante, el proceso es gradual; pero, al mismo tiempo, es repentino y completo. Un bien día te das cuenta de que parte de aquella inocencia y capacidad de asombro se ha disipado. Antes las rrespuestas al mundo se hacían en términos de imágenes y acciones; ahora en término de ideas. No es todavía un adulto, pero está empezando a pensar como tal. Seguirá su aprendizaje, volverá a cambiar, pero ya ha alcanzado la edad de la razón. Recordando sus años de preescolar es fácil comprender por qué sus intereses eran los que eran, por qué necesitaba explorar tanto los objetos como las relaciones, y por qué jugaba como jugaba. Si pudiera volver a proyectar la película de sus primeros años, veríamos su progreso desde lo particular a lo general, de la comprensión de ciertos ejemplos al desarrollo del razonamiento y su aplicación a nuevas experiencias.

Escrito en Civilización, Convivencia, educación, reflexiones

Un comentario (no se si es de Sole o forma parte del texto)

Si se mira hacia atrás en el tiempo, se recordará seguramente cuán importante era para el niño jugar con agua, arena y bloques de construcción, pues éstos eran los elementos mediante los cuales aprendía a transformar una cosa en otra y a invertir el proceso. Sus ejemplos eran concretos: aprendía cómo verter agua de una jarra a una taza y viceversa. Aprendía a construir, a derribar y volver a construir. No lo pensaba todo de antemano; simplemente lo producía con los bloques o la arena que tenía delante. Ahora puede abstraer aquellas habilidades: ha aprendido las reglas y puede manipular las ideas más o menos de la misma manera.

También se puede comprender por qué era tan importante la simulación, y por qué se pasaba tanto tiempo jugando a juegos de fantasía. Los papeles que representaba eran sus primeras ideas, sus primeras abstracciones. Cuando hacia de “mamá” y cuando replicaba airadamente en nombre de su muñeca, no sólo veía el mundo desde el punto de vista de los padres: alternaba el papel del padre con el del hijo. Cuando los botones del costurero libraban una guerra en la alfombra, él asumía un bando, luego el otro, haciendo avanzar un ejército y obligando al otro a retroceder. Esta flexibilidad, por supuesto, es lo que caracteriza la capacidad de la razón.

Ahora, en la infancia media, esta práctica todavía no ha alcanzado la perfección y hay mucho que aprender aún, pero ya se ha comenzado. El niño necesita practicar su nuevo espectro de habilidades, jugar a juegos más formales que pongan a prueba su capacidad de razonamiento: juegos con reglas. Al mismo tiempo notarás, probablemente, que el juego de simulación comienza a declinar.(JUGAR Y APRENDER,pasatiempos educativos de 0 a 10 años).

por gonzalorobles Agosto 16, 2008 at 12:39 pm

sábado, 2 de mayo de 2009

Diario (5)

Para Hoy (2/5/09)
Afuera de mi ventana... Cielo azul, cables y antenas. El viento agita los arboles.
Estoy pensando... Me acabo de dar cuenta de que hoy es fiesta tambien. No acabo de acostumbrarme a las fiestas de esta Comunidad. Claro, por eso estan cerradas hoy tambien las tiendas, ahora caigo.
De los lugares donde aprendemos... desorden.
Me siento agradecida por... las oportunidades que da la vida.
Desde la cocina... el lavavajillas
Que traigo puesto... camiseta morada, pantalon de chandal verde y zapatillas.
Estoy leyendo... Pues estoy releyendo Todo un mundo de sensaciones
Lo que espero... que podamos acabar de pintar la habitacion a lo largo del dia de hoy
Estoy creando... pues he comenzado otro blog, porque sentia necesidad de contar cosas al margen de mi como madre, pero ahi esta, paradillo. Supongo que con crearlo ya me siento bien.
Estoy escuchando... a Teo diciendo ajooooooo!! y el lavavajillas... ah y los backyardigans
Por toda la casa... desorden total. Parece mentira que solo estemos pintando una habitacion.
Una de mis cosas favoritas... contemplar a mis hijos
Algunos planes para el fin de la semana... acabar de pintar y domingo paella en un sitio genial.
Aquí está una foto que pensé compartirles: