Este cuento de Satoshi Kitamura, de editorial Anaya, les ha encantado a mis nenes cuando rondaban el año. Es el primer libro con el que Teo sigue la historia. Le encanta mirar cuentos con dibujos o fotos (si son de animales mejor). Hacia adelanta, hacia atrás, del revés... se pasa minutos y minutos con ellos, observando, riendo, imitando maullidos, ladridos y demás. Pero este cuento es el primero que tiene una historia que veo que "entiende" (digo yo). Es una ardilla que se encuentra una nuez. La quiere guardar en un lugar seguro. Busca en varios sitios no adecuados hasta que da con el lugar ideal. Con este libro ha aprendido además a decir "no", tanto con el dedo (su madre es muy gestual leyendo cuentos), como con la boca. También ha aprendido el gesto universal para comer. Le hace mucha gracia que la ardilla no pueda guardar la nuez en un nido porque está lleno, por ejemplo. Noooooo!!!! Vamos, que aparte de que a él le guste que se lo lea una y otra vez, a su mami se le cae la baba viéndole seguir la trama.
Hay más cuentos del mismo autor y misma editorial. Cuando Laia tenía un año recuerdo que leímos Pato está sucio y Gato tiene sueño. Ninguno de ellos llegó a gustarle tanto como el de la ardilla. Creo que los cogeré de nuevo de la biblioteca, a ver qué opina Teo.