sábado, 9 de mayo de 2009

Nuestra experiencia


Voy a poner aqui algo que tengo escrito sobre como fue el proceso de control de esfinteres de mi hija. Hasta ahora me daba algo de pudor pero creo que quizas pueda servir a algunos padres a confiar en que si (sigo sin acentos), que llega un dia en el que estan preparados y que ellos pueden dejar el pañal de una forma sencilla. No todos tardan lo mismo en pasar por las diferentes fases que les lleva a controlar sus ganas de ir al baño. Algunos niños parece que es de un dia para otro (es un decir) maduran el esfinter y pueden prescindir del pañal. En su caso, el proceso fue muy visible desde los 18 a los 27 meses, cada pasito que daba en su maduracion lo fui siguiendo. Para mi fue muy sencillo aunque explicado asi, tan detallado parezca algo largo. Y su historia es bastante parecida a la que explico cani en entrecomadres y que a mi me ayudo tanto a relajarme en este tema y confiar en ella.

Imagen de errede, por aquello de que mi hija dio el salto cuando se sintio segura.

Sobre los 18 meses ella sabía cuándo iba a hacer caca (siempre le ha costado un pelín hacerla, poco, pero lo suficiente para que lo “notara”). En el momento de hacerla, te decía, caca!!! Y la cambiaba una vez hecha. En esa época más o menos comenzó a pedir que le cambiara el pañal también cuando había hecho pis.

Compramos un orinal y un adaptador, por si le iba interesando, pero casi nunca lo usó en esa época. Estaba por si acaso. De hecho, el orinal recuerdo que llegamos de comprarlo y lo dejamos en el estudio. Pues como Laia lo vio ahí, luego no quería que lo lleváramos al baño, lo consideraba un juguete más. Le expliqué para qué servía y ya está, ahí quedó en el baño un tanto abandonado.

Al llegar la primavera-verano, comenzó a pedir pis. Decía, “pis!” Y quería hacerlo en el orinal o adaptador (sin una pauta fija, según le daba). Ahí empecé a ver que quizás estaba empezando a controlar, porque nos solía dar tiempo a llegar, pero no siempre. Cuando estábamos en el parque y alguno de sus amigos mayores quería pis, ella también quería ir. La ponía en los árboles y a veces hacía, a veces no. Eso sí, luego ya no quería ponerse el pañal que llevaba hasta que llegábamos a casa y le ponía otro (ejem, es que al salir del cole no solía llevar pañales de sobra..., vaya, para hacer el trayecto, guarde-parque-casa... pues íbamos sin recambios). Entonces iba hasta casa sin pañales. En casa, a veces decía que quería seguir sin ellos. Compramos braguitas, por si acaso (ella sabía dónde estaban, para qué servían... y a veces se las ponía, con pañal debajo o sin él), y los pañales-braga, para subir y bajar mejor cuando pedía ir al lavabo. A veces salíamos y pasábamos por todos los lavabos del mundo, porque pedía cada dos por tres pis (iba con pañal o braga-pañal, pero iba pidiendo cada poco rato). Ahí ví que ella estaba como demasiado pendiente de este tema. Un pelín obsesionada con ir al lavabo.

Entonces le empecé a explicar “a fondo” el proceso, cómo cuando estuviera preparada lo notaría y dejaría de utilizar el pañal. Estas charlas tenían casi siempre lugar en el lavabo, mientras yo hacía pis ella me hacía saber que yo no llevaba pañal y esas cosas. Y yo le explicaba, quitándole importancia, dando información (sencilla, para ella). Que ni eran temas de mayor-bebé (esto era algo que decía mucho, el ser mayor y no llevar pañal), ni de hacerlo bien-mal... sino de tener el cuerpo preparado.

Se le pasó la obsesión, pero como era verano, recuerdo en la playa que se pasaba el día casi sin pañal ni nada. A veces pedía, a veces veías el chorrillo caer. La caca sí que la pedía. Por cierto, la caca, desde el principio (los 18 meses que hablaba) la tirábamos al wc (del pañal al wc por ejemplo) y le decíamos adiós y todo eso.

Pasó el verano, volvió al cole. Sabía que allí en el mes de septiembre no proponen quitar pañales, porque bastante cambio es la adaptación después de un mes de vacaciones. Mi duda estaba en ¿me tendré que pelear con las cuidadora en octubre para que sigan respetando su ritmo? Confiaba en que no, ya que antes de las vacaciones, habiamos hablado informalmente sobre el tema. Ella decía, que veía a laia muy centrada con el tema, demasiado, que era pequeñita y estaba conmigo en dejarla seguir su ritmo.


Llegó el mes de octubre y hubo cambios. Seguia pidiendo hacer caca, de hecho se iba al lavabo directamente. Con el pis, tras un tiempo avisando antes de hacerlo para ir al wc, volvió a pedir cambio de pañal una vez hecho el pis. A veces, a petición propia, pasaba las tardes sin pañal, pero si se le escapaba, se mosqueaba y ya no quería saber nada del tema. Cuando más parecía que había perdido el interés, me dijo una noche: “soy mayor, pero necesito el pañal todavía”(a mí esto del soy mayor, reconozco que me da rabia, pero no quise ahondar más, ya que entendía que era un tema de necesitar o no necesitar el pañal) Al cabo de dos días, el 26 de octubre por la mañana me dijo: “soy mayor, no necesito pañal. Ponme unas braguitas”. Así que se fue al cole sin pañal. Ni un escape allí. De hecho, me comentó la cuidadora que le había preguntado un par de veces y que parecía “ofendida” por “tanta pregunta”, que ella ya sabía cuándo tenía que ir al lavabo. La verdad es que fue un día muy emocionante. Siempre hablamos de respetar su ritmo, de quitar importancia al hecho, pero definitivamente, ves cómo van pasando etapas. Encima escogió un momento que para mí no era el mejor. Era viernes y el domingo por la tarde yo me iba de viaje (3 noches separadas. Ese mes habíamos pasado nuestras primeras dos noches separadas el 15 y 16 de octubre, y venían 3 más ese fin de semana, qué mes tan horrible!) . Aún no se lo había dicho (pensaba trabajarlo el viernes, sábado y domingo). Pero ella estaba lanzada Sólo el domingo, cuando hacía maletas para irme de viaje, mojó braguitas dos veces seguidas y pidió pañal. Se lo pusimos, pero a partir de ahí pidió todas las veces, sólo necesitaba sentirse "segura" con su pañal, aunque no lo mojara. Al ir a cambiarle el pañal (seco) volvió a pedirle a su papi braguitas (yo ya me había ido de viaje).

Tuvo algún escape los primeros días de pis, a última hora de la tarde, cuando ya estaba cansada y un par de días de caca (justo lo que antes hacía siempre en el wc). Le sabía fatal e incluso llegó a decir que “lo sentía”. Y ahí estabamos para animarla y decirle que no pasaba nada, que era parte del proceso, que lo limpiábamos y que seguro que la próxima llegaba (y que si no era así tampoco pasaba nada). Vaya, intentaba transmitirle calma, aunque es cierto que me recuerdo insegura (bueno, no me recuerdo, pero me he releído en otro sitio donde hice una especie de diario de acontecimientos). No sabía qué era normal, si se estaría sobre esforzando... pero mantuve actitud de calma ante ella y sobre todo de que ella era dueña de su proceso, que yo la apoyaba en todo. Durmió varias siestas (porque llegaba dormida a casa) sin pañal y no hubo humedades. Así que en unos días, las siestas sin pañal, porque iba al lavabo y luego se iba a la cama. Nunca ha habido escapes en las siestas.

En ese momento, su faceta “yo solita” se reforzó. Se subía al water sola y todo (eso pasó luego), se afanaba mucho más por quitarse y ponerse la ropa, lo mismo con la comida (tanto para comer como para cocinar).... estaba independiente total, me parecía una pasada todo el proceso.

También vimos los primeros días, cómo este tema, si se le da demasiada importancia podía llegar a convertirse en un mecanismo de expresión. Y no es lo que buscábamos. Por mucha tranquilidad que intentábamos mantener, es cierto que tratas de evitar escapes. Nosotros no éramos de preguntar, pero ella vio que si decía pis, salíamos corriendo a donde fuera. Así que sí que vimos unos días cómo “jugaba” a decir que tenía pis sin tenerlo cuando tenía ganas de salir de algún sitio, jeje. Replanteamiento nuestro: Si de verdad hay un proceso de control, no hay que salir corriendo. Ante todo, mucha calma. Y fin del estrés.

En cuanto a la noche, vimos que desde el primer día amanecía seco. Antes de la semana se despertaba para hacer pis, y aunque tenía pañal quería levantarse. En breve dejó de despertarse, pero seguíamos con el pañal seco. Pensamos en comprar un protector, para intentar alguna noche sin pañal nocturno. Se nos adelantó a finales de noviembre (más o menos al mes de quitarse el diurno). Una noche dijo que no quería llevarlo tampoco. Ni gota. Por la noche sólo ha tenido escapes cuando hemos viajado muchas noches. En Navidad de ese año, estuvimos de viaje 7 noches y las últimas había pequeños escapes, justo se despertaba al comenzar a hacerlo y acababa en el lavabo. Esta semana santa, tras 3 noches, la cuarta sí hubo un buen escape. Nos tocó tranquilizarla porque fue algo que no le gustó nada de nada.

Veo que mi hija no decidió quitárselo hasta que estuvo muy muy segura. Tenía 27 meses. Sé que si en verano hubiésemos insistido, se lo podíamos haber propuesto, porque daba muchas señales de interés... pero vimos que estaba sobre esforzándose (creo que porque varios de sus amigos del cole estaban en el proceso), que en realidad no estaba preparada, así que decidimos que el tema se calmara. Y cuando de verdad estuvo lista, todo fue sencillo. Desde los 18 meses hasta los 27, pues fijaos qué de tiempo pasó. El desarrollo del control de esfínteres requiere muchos pequeños pasos a veces sutiles, lentos a nuestros ojos, pero todos necesarios. Habrá niños que ese proceso lo hagan de forma más intensiva, otros que tarden más, pero poco a poco, todos llegan a controlar si se les da la oportunidad.

Y ahora, con casi cuatro años y un hermano recien llegado... por aquello de las regresiones, puedo comentar que al principio del embarazo, paso unos dias que tuvo algunos escapes. Creo que fueron dos o tres dias y eran pises muy continuos, siempre durante la tarde, nunca en la escuela infantil. Pero se pasaron. Y con la llegada del hermano no ha habido ninguna regresion (de momento). Tengo una teoria sobre ello, pero prefiero callarla, no sea que por aquellas cosas de la vida me la tenga que comer con patatas.