Bueno, bueno, bueno. Lo primero es que mi niña pequeña tiene desde hoy 6 años. Es increible cómo ha pasado el tiempo desde aquella tarde de verano en la que ella me convirtió en madre y yo a ella en hija.
¡Felicidades Laia!
Y este es el resultado del proyecto del que hablaba ayer... Creía que mi etapa con el fondant había finalizado hasta que llegó mi niña con su proyecto de tarta. Ella quería hacer una tarta con el oso que tenemos de molde, que da como mucho para unas cuatro raciones. En principio esta tarde seremos algunos más (no muchos, esto de nacer en verano hace que todo el mundo esté ya de vacaciones), así que tenía que hacerle una cama al oso, o algo. Y de ahí salió la idea del campo de flores y demás. Nos pusimos a dibujarlo y quedaron claros los deseos.
Pues nada, a ver si esta tarde está comestible. Y si no, pues soplamos las velas y recordaremos el buen rato que pasamos haciéndola en casa.