Me resulta difícil calcular en cuántos trenes, metros y autobuses he montado esta semana. Durante este año, mi principal medio de transporte han sido mis pies. He tenido la fortuna de trabajar a 15 minutos de casa andando, de trabajar también desde casa, de tener los coles a 10 minutos... y casi no hemos salido del radio que alcanzábamos a caminar.
Pero esta semana Laia ha estado en un campamento rural por las mañanas, lejos de casa (porque Madrid y rural no conjugan bien), que nos ha obligado a ajustar la logística al máximo. Yo tenía que realizar gestiones varias, además de las resultantes del hurto tenía una lista interminable de sitios a los que ir por temas laborales. Así que me he pasado las mañanas de camino a algún sitio y a mediodía, rumbo a por Laia, con alguna que otra escala técnica.