Primero esperamos a que se llevaran nuestra cama vieja, lo que dejó una habitación con espacio suficiente para remolonear y jugar al juego del verano, Mi first Uno, que es como el uno, pero con las figuras de la casa de Mickey Mouse, lo que facilita el juego. Estamos enganchadísimos en casa. Teo suele mirarnos, manipular las cartas o directamente, como en la foto, se tumba a la bartola con algún cuento.
Más tarde estuvimos esperando a que trajeran el colchón y cama nuevos. El pobre Teo durmió la siesta a deshoras, con tanta espera y retraso de los transportistas, y con esta carilla se puso a pintar con acuarelas. Menos mal que se anima rápido (de hecho, se animó tanto que agujereó hasta el folio de tanta pintura con agua, jeje).
Laia convirtió un bote en un farolillo para su cocina
Cuando por fin llegaron los transportistas se desató la alegría, por fin podríamos salir de casa tras todo el día esperando!! Pero antes jugaron un rato al barco pirata.