Al curso escolar le quedan dos telediarios. La profe de Laia se jubila y además durante varios meses han tenido a dos alumnas de prácticas. Éstas finalizan este martes, así que les hemos preparado un pequeño obsequio de despedida:
En un principio quería copiar este poema en algún sitio (no sé, un punto de libro o algo así) pero yo creo que estas tazas y corazones les llegará también. La verdad es que es emocionante pensar en la ilusión que se tiene al principio de la carrera profesional. El objetivo, creo, es poder mantenerla en el tiempo, como es el caso de la profe que se jubila. Me dio el otro día una clase sobre regletas, motivación, aprendizaje significativo y saber hacer que me da mucha pena que finalice esta etapa.
Bueno, a lo que voy, el poema, visto en entrecomadres, de Gabriel Celaya
Educar
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.,.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.