Hace días que no me conecto al blog, no sé muy bien por qué, porque es cierto que en mi cabeza varias ideas van tomando forma, pero nunca llegan a salir por el teclado.
Hoy ha sido un día raro y ando negativa. Mi eterno conflicto con el colegio se reaviva por estas fechas de preinscripción escolar. Que el cole al que va Laia no esté mal del todo no quiere decir que sea de mi predilección. Es un ni fú ni fa, pero no sé, me gustaría algo diferente para la educación de mis hijos. O quizás es que la Sociedad en general, y muchos de los valores que imperan en ella, me disgustan, así que veo muchos aspectos de la escuela, aquellos en los que se muestra como fiel reflejo de la sociedad, con desidia. Pero no siempre se puede nadar contracorriente. En fin, un mar de contradicciones, con mil y un argumentos de peso a un lado y a otro. La escuela no es el único espacio de educación, sólo es una parte de su vida, el colegio perfecto no existe, ella va contenta cada día y tiene motivación por el aprendizaje... Me lo repito como un mantra ante la dificultad para cambiarla a otro centro que se adapte mejor a lo que yo considero que es una buena educación escolar (que no tiene nada que ver con lo que la mayoría considera buena educación, me parece, que en muchos casos equivale a cantidad de contenidos).
En fin, cada año sobrellevo lo mejor que puedo mis contradicciones y las dificultades del sistema para cambiar de centro. Hoy me viene Laia con que su profe (ojo, que es una persona muy maja y agradable, pero creo que se ve desbordada y está probando sistemas un poco por probar, sin pararse a pensar demasiado) la ha nombrado encargada de su mesa para apuntar quien va a tener un punto negativo. Con tres puntos negativos no sé qué pasa, pero me da igual. De verdad que no doy crédito y me quedo sin palabras. ¿Estamos locos? ¿cómo podemos poner a una niña de 5 años a anotar los nombres de los que merecen ser castigados? En fin, tocará tutoría y descubrirme como la gran madre frikie que soy.
También me ha tocado hoy ser la frikie en la reunión del cole de Teo (por cierto, la semana pasada pintamos las flores y quedaron preciosas, a ver si luego subo alguna para seguir con la serie Talleres en familia). También he de decir que su cuidadora es un encanto y he disfrutado en la reunión viendo algunos videos que nos ha pasado. Pero claro, hemos tocado el tema del control de esfínteres y los premios para reforzar la "conducta" del esfínter. Yo es que debo de ser de Marte, de verdad (o de Venus, que es un planeta que me tiene hipnotizada ahora que vuelvo a salir de noche de casa por las mañanas gracias al cambio de la hora). Qué sensación de bajar de otro planeta. Menos mal que mis niños, a duo, justo se han ido a ejercitar sus esfínteres y he salido del aula (luego me ha tocado aguantar indirecta de que me tomaba el pelo porque le he ayudado a quitarse el body y el pañal).
En fin, simplemente enlazo a dos textos de Violeta Alcocer, que ya he dicho varias veces que tiene la capacidad de redactar bien muchas ideas que no acaban de salir nunca de mi mente. Por cierto, que el doctor que sale en el enlace del control de esfínteres es el pediatra de mis nenes.
La escuela del presente (sólo matizar que yo creo que sí son muchos los profes implicados, aunque a veces desbordados)
Y por último, voy a enlazar a la etiqueta completa sobre rabietas. Creo que necesito refrescar mi empatía y ejercitar más mi paciencia. Llevamos algunos días en los que justo a la hora de la cena, se diluyen hasta quedar en nada.
La imagen es de Patricia Metola, que justo me acabo de enterar hoy que se ha mudado de blog. El nuevo ya lleva su nombre.