martes, 9 de junio de 2009

Limitaciones

Esta entrada igual queda un poco rara, porque igual mezclo temas, pero bueno, asi de dispersa soy. Estoy pensando sobre el ya manido tema de los limites. Siempre he visto que este tema goza de un espacio privilegiado en todos los libros sobre crianza y educacion, pero siempre me falta algo, es como si la mayoria de autores "se callaran" cosas. Creo, que ademas de los temas de seguridad (propia y de los demas) y de introducir con el tiempo unas logicas normas sociales, de urbanidad o como se le quiera llamar, habria que hablar de esas veces que limitamos los comportamientos de los niños simplemente porque choca con nuestros propios limites, quizas heredados de la infancia o producto del cansancio o de la pereza. Creo que hay que hacer revision personal y ver si cuando limitamos algo a un niño en realidad lo hacemos simplemente porque choca con nuestro limite personal. Si es asi, podemos aceptarlo y explicarselo al niño, pero tambien tratar de ampliar nuestros propios limites y disfrutar.


Por ejemplo, Laia se dejo crecer el pelo y me dijo que se lo morderia. Recuerdo de pequeña que me encantaba hacerlo. A mi madre no, por supuesto. En principio, me dije que no le pondria trabas a eso, aunque le explique que se ponia bastante acartonado. Pues ahora veo que me da un asco que no puedo cuando la veo chuparse el pelo. Pero realmente es una limitacion mia, particular, de mi pasado. Y no puedo superarlo de momento. Esto acabara con que ella dejara esa costumbre o yo aprendere a tolerar esto en mi hija. De momento, le explico que es algo que no puedo superar y le pido que se ponga unas horquillas, le propongo hacer unas coletas o algo por el estilo. Con eso trato de evitar el "automatico" de estar continuamente diciendole que se saque el pelo de la boca, o sacandoselo yo de forma inconsciente.


Pero hay otras veces que un limite personal puede superarse. Ayer tuve dos ejemplos claros, aunque puedan parecer un poco tontos. Tuvimos tarde de reposteria. Hicimos un flan de coco, con muchos huevos. Cuando ya ibamos a recoger, cogio el medidor, puso leche y me pidio un huevo. Mi pensamiento fue algo parecido a "pero no tiene limite esta niña?" y estuve a punto de decirle que ya habiamos acabado, que era momento de recoger y limpiar. Pero pude flexibilizar, ver que habia acabado yo, pero ella no. Me puse a su disposicion y le alcance los ingredientes que iba pidiendo. El resultado fue un bizcocho con su propia receta, para mi asombro mas que comestible.




Una vez limpio, tuvo la genial idea de montar un escenario y sacar la caja de instrumentos. Los toco todos y cuando yo vi que estaba rozando mi propio limite (mi cabeza, en este caso), quise expandirlo un poquito mas. Asi que me sente en el suelo y le di cancha para que siguiera. Fue uno de esos momentos de carcajada limpia y despliegue de imaginacion por su parte, con escenario multi niveles incluido.






Y ya que estoy, pongo otro momento concierto, en este caso de otro dia. Le gusto tanto que repitio al dia siguiente con el papi. Lo que mas le gusto fue el tema de mezclar colores.