Para compensar un poco, el domingo volvimos al Cosmocaixa y pasamos todo el dia, en plan parque tematico. Laia volvio a entrar a la sala Clik, mientras nosotros estabamos en el planetario viendo una proyeccion sobre las costelaciones estelares. Mas tarde entramos juntas en la sala Toca, toca y aprendimos muchas cosas sobre peces, reptiles y otros animales. Dimos una vuelta por las exposiciones y pudimos tocar instrumentos de todo el mundo. No tiene desperdicio este museo. Ya estamos planeando la siguiente visita, con parada en el Planetario Burbuja
lunes, 29 de junio de 2009
Frikilandia (o algo asi)... y Cosmocaixa
viernes, 26 de junio de 2009
Diario (11)
Afuera de mi ventana... Entra airecito fresco, el sol esta de un color azul precioso, pintado de blanco con algunas nubes.
Estoy pensando... En miles de cosas!! Tendria que hacer en el blog una etiqueta de pensamiento acelerado. Hay muchas cosas que me gustaria escribir y es dificil encontrar ratos de sosiego para ordenar las ideas, que dejen de ser aceleradas y adquieran algo de sentido.
Me siento agradecida por... La semana que hemos tenido, ha sido muy agradable.
Desde la cocina... He comido gazpacho y pollo. Voy mejorando con el gazpacho. Y ahora miles de cacharros por recoger aun.
Que traigo puesto... camiseta azul de lactancia, pantalon marron, sandalias verdes. Super combinada, jeje.
Estoy leyendo... Pues un libro de fotografia que se llama algo asi como manual de fotografia o algo asi. Esta un poco desfasado, pero espero que me de algunas nociones tecnicas. Y un poco en diagonal estoy acabando padres brillantes, maestros fascinantes. Tengo que devolverlo este fin de semana a la biblioteca.
Lo que espero... Encontrar tiempo para acabar el campus virtual. Necesito estar concentrada y me cuesta encontrar momentos.
Estoy creando... sigo con el campus
Por toda la casa... cuentos, juguetes, revistas infantiles...
Una de mis cosas favoritas... No se si ya lo dije, pero esta semana lo he hecho mucho, tumbarme en la hierba.
Algunos planes para el fin de la semana... Pues en plan ludico aun no hemos hablado, pero quiero sacar todo lo que tengo en el armario y ordenarlo. Y trabajar en el campus.
martes, 23 de junio de 2009
Vacaciones
viernes, 19 de junio de 2009
Diario (11)
Afuera de mi ventana... El dia abriendose, nubes que hacen pensar en un dia bochornoso.
Estoy pensando... En la fiesta del cole de esta tarde, no me apetece nada ir a hacer mi turno de barra de bar. Me he levantado perezosa, jeje.
De los lugares donde aprendemos... El martes que viene acaba el colegio. Espero que los cambios que se avecinan nos hagan bien. Creo que los necesitamos.
Desde la cocina... Lio de platos por recoger. No se que comeremos hoy, quizas pasta o quizas me anime con unas berenjenas asadas.
Que traigo puesto... Falda verde, sandalias verdes de tiras, camiseta granate
Estoy leyendo... Otra semana sin leer libros, debe de pasarme algo. Me pongo y me canso en seguida. Necesito "el libro" que me devuelva a mi habito.
Lo que espero... que los vecinos finalicen pronto las obras. Han sido creo que mas de cuatro meses de ruidos constantes. Ayer vi que subian los electrodomesticos, yupi!!! se avecina el final.
Estoy escuchando... uy, todo se ha quedado en silencio por un momento. Pero esta Teo cantando a mi lado (bueno, ahora mismo se ha quedado absorto con algo). Y de nuevo, los pajarillos. Voy a poner la radio. Ya. Ahora estoy escuchando Hoy empieza todo
Por toda la casa... Pues esta semana no hay demasiado desorden general.
Una de mis cosas favoritas... Mirar libros y cuentos en las librerias
Aquí está una foto que pensé compartirles: Todo mi amor. Laia ha querido incluir a Piolin, el gato. Pongo el video para que se entienda.
jueves, 18 de junio de 2009
Pintura y masa
Esta semana ha sido bastante dura y desconcertante. Como comentaba por otras partes, en plan broma, esta familia esta en una dinamica bipolar: tenemos semanas de extasis en la tierra y otras de desencuentros en plan circulo vicioso. Supongo que seguimos en periodo de adaptacion. Pero bueno, quiero separar esta vez los sentimientos de las actividades que hemos hecho, no me quiero quedar en un plano lastimero. Las actividades siempre son ideas para otros momentos.
Algunas de las cosas que hemos hecho:
- Amasar con pasta de sal.
- Pintar: El sol, "las tierras" y otros planetas, segun Laia.
Ira
CÓMO DESCIFRAR EL CÓDIGO DE LA IRA
La ira puede llegar después del temor (por ejemplo, de que un niño se lastime).
La ira también puede llegar desde la frustración (uno intenta un poco infructuosamente llevar adelante una tarea, y nuestro hijo de seis años nos complica el trabajo sacando cosas de lugar). De pronto, gritamos sin la menor consideración : '¡Fuera de aquí ! ¡Ya estoy harto de ti !'
Nuestra frustración se transformó en ira, y ésta cayó sobre su hijo.
Al sentirnos AMENZADOS y CELOSOS, disfrazamos nuestras reacciones primarias con sarcasmo, y abofeteamos verbalmente a nuestro cónyuge.
Volver a la casa exhausto y encontrar a los niños 'haciendo lío'. Entonces gritamos, la FATIGA se ha transformado instantáneamente en hostilidad.
Robertito no permite tener una reunión tranquila con unas visitas, y la turbación de la madre va en aumento. Por último, e incapaz de tolerar más, le dice secamente :
-¡Vete a tu cuarto, y quédate allí hasta que puedas comportarte como un caballero !
-¡No voy nada !- retruca el muchacho.
La TURBACIÓN se hizo ira, y la HUMILLACIÓN se transformó en furia.
Con frecuencia los seres humanos transformamos en ira nuestros sentimientos primarios de preocupación, culpa, decepción, rechazo, injusticia, choque, incertidumbre o confusión.
POCAS VECES SE PRESENTA LA IRA EN PRIMER TÉRMINO, Y SIN CAUSA.
LA IRA ES UN CÓDIGO
El saber que la ira cubre una emoción anterior nos ayuda a manejarla con más eficiencia, tanto en nosotros mismos como en nuestros niños. El verla como un código la hace menos amenzante. Cuando uno desconoce este hecho, es proclive a responder en forma directa, y echar leña al fuego.
El motejar a una perona, o sea, el decirle cosas del tipo de 'vieja gorda', no es más que una forma de la hostilidad. Es menos agresivo que los golpes, pero cumple la misma función. SI la madre de Luisito sólo presta atención a la furia de éste, tal vez se ponga furiosa ella también, y le dé una bofetada o un sermón. Si, por el contrario, siente la frustración de él (le parezca o no razonable su deseo), es menos probable que empeore la situación al sumar su ira a la de él.
CÓMO DESCIFRAR EL CÓDIGO
-Noches atrás, cuando mi hija me puso un par de motes, reflejé su sentimiento al decirle : 'Carolina, estás terriblemente enojada conmigo !', relató la señora H.
-¡Claro que lo estoy ! ¿Por qué tengo yo que irme a la cama a las ocho, si Jaime se queda hasta las nueve ? El recibe siempre los privilegios, sólo porque es mayor. ¿Qué culpa tengo por haber nacido después ?
Invariablemente, CUANDO ACEPTAMOS LA IRA POR MEDIO DE LA ATENCIÓN ACTIVA, LOS NIÑOS NOS CONDUCEN AL SENTIMIENTO SUBYACENTE. EL código queda develado, y llegamos al núcleo del problema. EN nuestro ejemplo, Carolina dijo a su madre que su hostilidad provenía del hecho de sentirse defraudada.
-Sientes que estás en una situación terriblemente injusta al no tener los mismos privilegios, algo así como que no hay para ti forma de superarlo- reflejó la madre.
-Sí, así es- coincidió Carolina.
-Y te enfurece que papá y yo permitamos esta clase de cosas-, agregó la señora H.
-Exactamente. Fue por ustedes que yo nací en segundo término. Claro que si ustedes tenían más de un hijo, alguno tenía que ser el segundo, pero no me gusta ser la menor.
-Tiene muchas desventajas, eso de ser la menor.
-¡Ya lo creo ! Claro, a veces también me gusta, porque no tengo que hacer tantas cosas en la casa como Jaime.
-A veces encuentras ventajas en ser la menor- respondió la madre.
Cuando los sentimientos se transformaron en palabras y se los aceptó, la niebla que los rodeaba desapareció, y salió a la superficie la causa que hizo que la niña motejara a su madre. AL no tener que defender su posición, Carolina pudo advertir que su posición en la familia SÍ tenía algunas ventajas. Además, la empatía hizo que Carolina no se sintiera menos valiosa debido a su deseo, perfectamente normal.
domingo, 14 de junio de 2009
Nuestra semana
Y el domingo, llego el gran dia que llevabamos esperando desde hacia casi un mes. La carrera de Carabanchel!! En la categoria en la que corria Laia los niños podian correr solos (los "mayores", de 4 años iban delante, parecian autenticos profesionales) o bien acompañados de un familiar los 200 metros que les separaban de la meta. Teo y yo nos metimos sin saberlo en la carrera, asi que tambien la "corrimos" (y nos jalearon). Laia estaba encantada. Al acabar le dieron una bolsa con bebidas, gorras, una toalla y algo que le apasiona, unas tiritas. Y aprendio nuevo vocabulario.
viernes, 12 de junio de 2009
Diario (10)
Para Hoy (12/06/2007)
Afuera de mi ventana... Sol, pajaros volando, brisa entrando por la ventana.
Estoy pensando... en el poco tiempo que queda para las vacaciones.
De los lugares donde aprendemos... Esta semana laia ha estado particularmente activa, en lo que a manualidades y trabajos se refiere. Me encanta la de ideas que tiene, aunque a veces prefiera que las lleve otro a la practica.
Me siento agradecida por... Pues yo tambien vengo a homenajear a las personas que he conocido por aqui y de las que tanto he aprendido.
Desde la cocina... Tengo que hacer los menus para la semana que viene. Luego no hago necesariamente lo que planeo, pero me ayuda tener un plan y luego si me apetece otra cosas, cambiar. Hoy por ejemplo, toca gazpacho, calamares a la plancha y pure de garbanzos. Pues no tengo calamares ni ganas de bajar a comprar, asi que hare algo equivalente (merluza si que tengo congelada).
Que traigo puesto... pues aun voy en pijama!! pantalones marrones y camiseta marron con rayas de colores y un Snoopy.
Estoy leyendo... Esta semana no he cogido un libro. Bueno, los he cogido pero no he leido nada. mi momento de lectura es cuando acuesto a Teo y estos dias me he quedado mucho rato embobada mirandole.
Lo que espero... Disfrutar de la excedencia, que es en realidad un aplazamiento de una guerrilla para la que ahora no estaba animicamente preparada, sin pensar en el momento de vuelta.
Estoy creando... Una carpeta en el pc con todos los videos. Hasta ahora estan mezclados con las fotos y quiero separarlos.
Estoy escuchando... Pajaros
Por toda la casa... pues vuelve a haber desorden... esto es un no parar!!!
Una de mis cosas favoritas... Acompañar a mis hijos a la hora de dormir, ver como se van quedando flojitos, como cierran los ojos y se trasportan al pais de los sueños.
Algunos planes para el fin de la semana... Laia corre el domingo en la carrera de Carabanchel, categoria chupetines (200 metros). Esta muy ilusionada. Ya tenemos dorsal (todos los chupetines llevan el numero 000) y una camiseta del APA del cole, verde. Ahora esta pensando en que pantalones se pondra que conjunten con la camiseta :) . Mañana queremos ir a la montaña, a ver si lo conseguimos.
Aquí está una foto que pensé compartirles: Foto tomada por Laia y Teo con la mano a punto de coger la camara y tratar de llevarsela a la boca.
martes, 9 de junio de 2009
Limitaciones
Por ejemplo, Laia se dejo crecer el pelo y me dijo que se lo morderia. Recuerdo de pequeña que me encantaba hacerlo. A mi madre no, por supuesto. En principio, me dije que no le pondria trabas a eso, aunque le explique que se ponia bastante acartonado. Pues ahora veo que me da un asco que no puedo cuando la veo chuparse el pelo. Pero realmente es una limitacion mia, particular, de mi pasado. Y no puedo superarlo de momento. Esto acabara con que ella dejara esa costumbre o yo aprendere a tolerar esto en mi hija. De momento, le explico que es algo que no puedo superar y le pido que se ponga unas horquillas, le propongo hacer unas coletas o algo por el estilo. Con eso trato de evitar el "automatico" de estar continuamente diciendole que se saque el pelo de la boca, o sacandoselo yo de forma inconsciente.
Pero hay otras veces que un limite personal puede superarse. Ayer tuve dos ejemplos claros, aunque puedan parecer un poco tontos. Tuvimos tarde de reposteria. Hicimos un flan de coco, con muchos huevos. Cuando ya ibamos a recoger, cogio el medidor, puso leche y me pidio un huevo. Mi pensamiento fue algo parecido a "pero no tiene limite esta niña?" y estuve a punto de decirle que ya habiamos acabado, que era momento de recoger y limpiar. Pero pude flexibilizar, ver que habia acabado yo, pero ella no. Me puse a su disposicion y le alcance los ingredientes que iba pidiendo. El resultado fue un bizcocho con su propia receta, para mi asombro mas que comestible.
domingo, 7 de junio de 2009
Entendiendo el continuum, version 2.0
Bueno, en primer lugar, respecto al texto, decir que yo no he tenido “crisis maternal” todavía. Y las que me conocéis sabéis que uno de mis miedos es que venga con el segundo hijo, igual que a la autora del texto. A simple vista no veo relaciones de poder entre nosotras, y cuando las hay las resolvemos y seguimos hacia adelante. Pero nunca se sabe. Así que voy a escribir un rollo que te mueres a ver si cuando tenga otro nene sigo teniendo ese punto de vista o no.
“Jean procedió a describir todos los errores comunes cometidos por padres que genuinamente tratan de hacerlo todo bien”
“La niña necesita una madre que confíe y sea tranquila”, explicó Jean. “Una madre que sepa lo que hay que hacer, y que no le pida permiso a su hija. Puede parecer lo contrario, que la niña esté luchando por más control, pero irónicamente ella está luchando para no llevar el control y te está presionando para que te mantengas firme. Cuándo un niño siente que puede llevar el control, su impulso es presionar para ello. Ella no resiste esto, ya que es la naturaleza humana y es para lo que está programada.”
Es curioso, pero siempre he sido insegura, salvo en esta faceta de madre (tengo mis inseguridades, claro, pero no dominan la maternidad). Tranquila siempre lo he sido. Desde que nació laia parece que tuviese una especie de chip que me indicaba qué había que hacer, el instinto animal, me parece que es, que se despertó en mí. Ella fue de los bebés de altas necesidades, que dicen, muy sensible y demandante de piel con piel. Sé que para muchas madres esa etapa, vivida así, es dura, pero en general para mí fue una delicia una vez entendí que se estaba despertando algo en mí, que la forma de sentirme bien yo también era en los brazos de mi hija. Llegó la díada bebé-mamá / mamá-bebé y la vivimos al máximo. Ahí sí nos metimos, sin saberlo, en el mundo Laura Gutman. Fue como un globo total que duró 9 meses de forma muy intensa y hasta los dos años de forma más relajada.
De todas formas, yo pienso que más que poner empeño en mantenerse firme, uno tiene que estar seguro. Si te sientes seguro, pues ya está, no entras en lucha de poder, en firmeza, en confrontación.
“La vida de un niño depende de sus padres. Ella espera de ellos protección, fuerza, y certeza. Ella quiere que ellos sepan qué es qué, lo que está bien, lo que está mal, qué hacer y a dónde ir. “Tu eres la adulta, mami, así que no me preguntes qué quiero hacer”
“No le ruegues y supliques por todo” Jean siguió. “Si le suplicas, tiene el poder, y eso la pone nerviosa porque significa que tu no estás segura de ti misma, y que le ruegas aceptación. Cualquier mujer adulta que le suplica a una niña de cuatro no es de fiar. No le preguntes a ella qué quiere hacer, díselo, pero asegúrate que no se lo dices de forma enfadada. Sé práctica y dulcemente dile lo que tú quieres que ella haga. Trátala como tu aliada, como si ella quisiese hacer lo que le dices, y como si ella estuviese escuchando. Y no le des interminables explicaciones y razonamientos; eso tiende de nuevo a sonar como súplicas.
Aquí hay más cosas interpretables…
Por un lado yo no le ruego ni suplico. Hablamos, si en lo que le tengo que decir ella puede decidir, sí, le pregunto, y acepto su decisión. Y eso incluye el que me diga un no. Y hay muchas cosas en las que ella puede decidir y que le pregunto. Si no hay ninguna decisión por tomar, no formulo pregunta, lo digo, de una forma cortés, pero sin pregunta de por medio. Confunde, sobre todo a un niño de tres años, que no sabe lo que son las preguntas retóricas, el que te pregunten algo en lo que no tienes capacidad para decidir. Pero si puedo, sí doy opciones y por lo tanto, pregunto. Ejemplo: recoger. A las 7 de la tarde sí le puedo preguntar ¿recogemos ahora o después de cenar? Y puede elegir (sí, muchas veces dice que ahora, incrédulas, jajaja!!) . Después de cenar, la frase será: vamos a recoger! No hay pregunta. Pero lo que no le voy a preguntar (a ninguna hora del día) es ¿quieres recoger?.
“Incluso cuándo abraces a tu niña, mira si de alguna forma le pides perdón, o le suplicas de alguna forma”.
Y añado, que si te encuentras en el momento en el que ves que el abrazo es una súplica, exprésalo.
Jean tenía razón, había tratado tan duramente de complacer a Becky y siempre tratando de darle sus propias elecciones. Le habían preguntado a dónde quería ir, y lo que quería hacer. Ella no había sido una pequeña muy demandante, pero sí se había convertido en una niña muy demandante, pareciendo que quisiese constante atención. A la mayor parte de sus reclamos, yo (y mi marido) acudiríamos obedientemente a sentarnos y jugar juegos infantiles. Si tuviese que declinar la petición de Becky para jugar, le suplicaría ansiosamente perdón, “Oh, Becky, lo siento, de verdad que tengo que terminar de hacer la cena. Te prometo que jugaré contigo más tarde, vale?” Me sentiría culpable cuándo realizase tareas de adulto porque pensaría que debería pasar más tiempo con Becky, haciendo lo que ella quisiera. Nunca se me ocurriría que hacer lo que yo quisiese, no significase pasar menos tiempo con Becky.
Yo estaba tan influenciada por las historias de esas madres devotas que felizmente dejan sus casas todas revueltas, las facturas sin pagar, y la ropa sucia apilada, sintiendo que lo importante es estar con sus hijos, inmersas en sus actividades porque “después de todo, solo son pequeños una vez”. Cuánto más leía, más me veía inmersa en esto.
“La niña no debería sentir que se espera de ella que te dirija, y tu no deberías estar centrada en ella” dijo Jean. “Haz cosas de adultos, lo que incluye mantener tu casa limpia si es eso lo que deseas. La niña hace lo que quiere hacer, y de vez en cuándo lo que ella querrá hacer es lo que tu haces, y debería sentirse simepre bien recibida a estar contigo. Así que no intentes enredarla con sus juegos infantiles, sino deja que te ayude, tenla como tu satélite, no tú como su satélite.
Este es un punto importante, aunque el ejemplo de la casa, conmigo… ejem, ejem… va a ser que no. Antes de nacer ella tampoco necesitaba excusas para no hacer según que cosas, así que estando ella no la voy a poner de excusa. La casa me importa un carajo. Sí, cuando nos ponemos a hacer cosas de la casa, ella viene y ayuda con una sonrisa de oreja a oreja, le gusta. Hoy estaba cocinando y se ha puesto a fregar el suelo de la cocina (simulando que lo fregaba), cuando ha acabado ha venido a ayudarme. Pero bueno, en general yo no deseo hacer cosas de casa, así que no las hago (las hacemos en un momento dado, cuando decidimos ). ¿cosas de adultos? En casa, me pongo a leer algún libro o me conecto a internet, por ejemplo. Muchas veces ella está jugando a mi alrededor (o me pide que le lea del libro adulto). Pero es cierto que hago pocas cosas de adulta porque en realidad lo que me apetece de verdad, de verdad, es ponerme a hacer manualidades con ella, pintar… así que igual soy una de esas madres devotas inmersa en sus actividades. Pero es que lo disfruto tanto!!!
En cuanto a lo del satélite, tratando de entenderlo más allá de lo de la casa… hoy me ha venido a la mente un ejemplo…
Hemos ido a comer al campo, en plan pic nic. Teníamos tanta hambre al llegar que nos hemos puesto a comer sin jugar previamente con los columpios (veníamos de la piscina). Así que laia en seguida se ha cansado de comer y quería ir a jugar. Vale, le hemos dicho. Y hemos seguido comiendo. Como ha visto que no nos levantábamos, nos ha dicho que fuéramos. Le hemos dicho que nosotros íbamos a acabar de comer, que en cuanto acabáramos nos poníamos a jugar. Ha decidido sentarse y seguir comiendo de nuevo (sin que nadie le dijera nada del tema volver a comer, vaya entendíamos que quisiera ir a jugar, ya comería luego). Y he recordado un día con unos padres, que preferían que la niña jugara y mientras ellos detrás con la comida todo el rato, a trocitos, directamente para la boca. Y ellos ni comían ni jugaban, estaban pendientes de que su hija comiera. Y en su momento me pareció genial porque no estaban obligando a comer, sino acompañándola y permitiéndola que jugara. Jo, pues yo ahora no me veo haciendo eso. Ella que decida, entiendo que un día de campo igual come a ratos, pero si yo tengo hambre y me apetece comer, pues oyes, que está muy rica la comida, ya iré luego a jugar, jajaja! Nada, que al nombrar lo del satélite, me ha venido a la mente aquella imagen. Si que a veces me siento como una mama pata.
“tus necesidades son las mismas que las del niño y tu no tienes que elegir entre ellas.
Este es el sentimiento que yo tengo la mayor parte del tiempo.
El segundo paso fué introducir el profundo entendimiento de que los niños son por naturaleza sociables y quieren cooperar, imitar, seguirte y ser parte de tu equipo.
"Uno puede observar esto en cualquier lugar que no haya estado bajo la influencia de la civilización Occidental” explicó Jean. “En las sociedades primitivas, discusiones, tensión, conflictos, competencia, los “terribles 2”, la rebelión adolescente y la rivalidad entre hermanos no existe. Los niños no están molestando, interrumpiendo o desviando la atención de un adulto. Ellos están ayudando a los adultos, y obedeciendo instantánea y voluntariosamente. Ya que la conducta del adulto no es permisiva, no existe el castigo.
La verdad es que vivimos en una civilización occidental, pero aún así se puede tomar su naturaleza como sociable, cooperante… es cierto que yo tomo a mi hija así, y es lo que he recibido de momento, colaboración. Y en general me ha pasado con todos los niños con los que he estado, desde siempre. Cuando era monitora, mucha gente se sorprendía de que niños “rebeldes” me escuchaban y me hacían “caso”. Pero es que nunca dudé de que fueran a hacerlo.
Yo diría “Llévale esto a papá”, o “Tráeme un pañal para Jacob”, mejor que “Me traerías, por favor, …?” ya que Jean explicó: Una de las cosas más poderosas son tus esperanzas, lo que el niño percibe que tu esperas. Puede que no sea lo que esperas del niño, sino solo lo que aparentas que esperas. Cuándo dices “Me traerías, por favor, ese juguete para aquí?” hay normalmente un tono de desconfianza, de que ella no te lo traerá, y eso no debe ser la primera vez que preguntas. Así, después tendrás que preguntar cuatro o cinco veces más (lo que llamamos gruñón) con la actitud “espero que me creas pero no creo que lo hagas”. Esto es por lo que ella siente que tiene que presionarte hasta que te mantengas firme, y esa es la forma en la que se espera de ella que actúe contigo.
Bueno, aquí discrepo un poco. Las cosas siempre con educación, sin dar órdenes. Porque el que lleve eso a papa o me traiga un pañal para otro es un favor que me hace y que realmente puede decirme que no. Con el ejemplo de recoger los juguetes, lo veo mejor, pero con estos dos ejemplos… que quede bien claro que le estoy pidiendo un favor, mi hija no me debe obediencia ciega en estas situaciones.
Lo que ocurre si ella no te obedece, o se comporta mal”, Jean explicó, “es que la dejes fuera, y ningún niño soporta que lo dejen fuera. O está contigo haciendo lo correcto, o se la deja fuera, pero no está hecha para que la hagan sentirse mal, o para que la castiguen o la riñan, o le supliquen o le pidan, o cualquier otra cosa interesante. No entres en conflicto con ella sobre nada. Muéstrale que tu sabes lo que haces y que esperas de ella que obedezca y que quiera ayudar. El tema para tí es mantenerte lo más firme que puedas para que ella finalmente se sienta segura y abandone el probarte.”
Lo mismo, si no me obedece, lo primero que tendré que plantearme es qué le estoy pidiendo? Si es adecuado perdirle eso a un niño de esa edad, si tiene obligación de hacerlo… Lo de comportarse mal, ya entramos en otro mundo, qué es comportarse mal? No me he visto en ésas todavía, así que lo dejo ahí.
Cuándo sinceramente creas que un niño es profundamente sociable, siguió Jean, le dices lo que hay que hacer correctamente, asumiendo que ella quiere saberlo, y tu le das la información como tu aliada, tu compañera de equipo en la que confiar, no como adversaria. Tu eres la que informa a tu hija, su aliada, funciona: el castigo o la permisividad, no”.
Totalmente de acuerdo. Hoy por hoy tengo en mi hija una aliada.
Avances, no perfección.
En eso estamos. La perfección no existe, ni ganas.
viernes, 5 de junio de 2009
Diario (9)
Afuera de mi ventana... Pues entra un vientecito muy agradable. Todavia hay algo de luz. tiene pinta de tormenta de verano.
Estoy pensando... Pues estoy dandole vueltas al tema de las luchas de poder entre padres e hijos, como me he enrollado antes en el comentario a mi propio post, jeje. Estoy muy filosofa esta noche sobre los temas de maternidad.
De los lugares donde aprendemos... pues estamos preparando la fiesta de fin de curso, que tiene muy buena pinta.
Me siento agradecida por... esta hija mia que me hace crecer tanto.
Desde la cocina... hoy ha sido un dia de exceso alimenticio, asi que he cenado fruta.
Que traigo puesto... camiseta granate, shorts verde, chanclas y cinta en el pelo.
Estoy leyendo... Metodo montignac para mujeres y con el cariño no basta, que es en la linea del como hablar para que sus hijos escuchen... pero me gusta mas, me hace reflexionar mas.
Lo que espero... poder mantenerme activa este fin de semana. La semana pasada, por aquello de descansar estuve algo apatica y he arrastrado ese estado de animo toda la semana.
Estoy creando... nada :(. Pero deberia crear un sistema de clasificacion de entradas mas operativo, ya no encuentro nada en el blog.
Estoy escuchando... la tele de fondo
Por toda la casa... pelusillas y ropa para planchar. Hay que hacer un pensamiento y ponerse manos a la obra este fin de semana.
Una de mis cosas favoritas... Reunirme con amigos. Soy muy timida y aunque en el momento no lo parezca me da mucha vitalidad relacionarme y compartir experiencias.
Algunos planes para el fin de la semana... hay tantas cosas que de nuevo habra que descartar. Prioritario: limpiar, comprar y planchar. Ademas, hay hinchables en pozuelo, mercadillo en el colegio warldof de Aravaca, fiestas en Aluche, fiesta de sapos y princesas, circo de payasos (ni ganas de ir pero le dieron unas entradas a Laia y a ella si le hace ilusion)
Aquí está una foto que pensé compartirles: Este es el vinilo que pusimos en la habitacion, que aun esta por retocar tambien. Le da mucha alegria al espacio y combina genial con las literas abatibles. :)
jueves, 4 de junio de 2009
Apego, angustia y crisis varias
Acabo de pasar, con mi hijo menor, Carlos, la primera crisis de angustia de separación. A pesar de ser madre de otra niña, Sandra, esto me ha pillado desprevenida, ya que, no recuerdo una etapa similar con ella a esta edad. sin embargo, a medida que la angustia de Carlos se hacía evidente, fui observando en Sandra, lo que se llamaría corrientemente un aumento de los mimos, mucho mayor que en el momento del nacimiento del pequeño. Y un día, al observarla me di cuenta: ¡ella también está pasando por una crisis de angustia de separación!. Eso me animó a estudiar el tema y el fruto de esas “investigaciones” es este artículo que comparto con vosotras: Los expertos diferencian los términos vinculación y apego. El primero, se utiliza para la relación que se establece en los primeros días-semanas de vida, entre la madre y el recién nacido, y tiene como principal protagonista a la madre y la alimentación. El segundo, el apego, es una relación de orden más psicológico, y en el establecimiento de esta relación participan la madre y el niño. Para que el apego se produzca con la madre o cuidador o cuidadores especiales (siempre un número reducido de una o dos personas, que posteriormente se amplia) es necesario que el niño emita unas señales y la madre (extensivo a los cuidadores) responda a esas señales de determinada manera.
¿Qué señales emite el niño?
Llorar, llamar, balbucear, sonreír, succionar (sin fines alimenticios), “colgarse”, y comportamientos motores: aproximación, seguimiento y búsqueda.
¿Qué respuestas espera de su madre-cuidador?
- Atención: la madre cuida y protege cuando el bebé emite sus señales pre-verbales. - Anticipación: la madre adivina y predice adecuadamente las necesidades del bebé. - Interpretación: la madre dice en voz alta que cree que está pasando a su bebé (así el bebé va poniendo etiqueta a sus propias sensaciones: en un principio la sensación de angustia es única para todos sus problemas y es la mamá la encargada de ayudarle a interpretar: ¡ah! lloras porque ya tienes hambre ¿verdad?) - Mediación: la madre describe en voz alta lo que está pasando en la realidad externa. - Responsabilidad: la intervención verbal y en acción de la madre es oportuna, pertinente, flexible, lúdica y efectiva, ya que tranquiliza al bebé. Es decir: no es suficiente con acudir a atender al bebé rápido, entender lo que le ocurre y decirlo en voz alta, si se hace con disgusto, transmitiendo sensación de fastidio: eso produce desconcierto en el pequeño. - Comunicación: hay un continuo dialogo entre la madre y el bebé: uno lo inicia, el otro lo sigue. - Contacto visual y físico.
Una relación de apego seguro-consistente tiene mucha relevancia en varios aspectos de la vida de adulto. Un niño que ha establecido una relación correcta de apego con los cuidadores de la infancia hace al niño más fácilmente socializable. La figura de apego es clave. En los primeros años de vida, el niño debe formarse una idea de si mismo y de su relación con los demás. Este fenómeno da lugar al modelo interno de trabajo en las relaciones sociales. En general, cuando un niño tiene un modelo de si mismo como alguien valioso, entendido, y un modelo de sus personas claves como personas que le validan, son responsivas y predecibles, tendrá un mayor sentido de seguridad, estrategias más eficaces para solicitar ayuda si la precisa, un sentido más optimista de las relaciones sociales, todo ello acompañado de mayores niveles de autoestima y autoconfianza.
Este niño será más fácil de educar porque su motivación para obedecer y adaptarse a las normas de la sociedad no será el miedo al castigo o a perder el afecto de otros, sino el saber que hacer las cosas de forma socialmente aceptable será del agrado de sus padres-cuidadores.
En sus relaciones afectivas con otros adultos a partir de la adolescencia, los niños apegados a sus padres con seguridad tienden a repetir el modelo, estableciendo con sus parejas relaciones en las que priman la confianza en ser amado, apreciado, valorado y apoyado en caso de necesidad. y a su vez son personas con capacidad de amar, entregarse en las relaciones y ayudar a su pareja en caso de que esta lo necesite.
¿Cuándo se establece esta relación de apego?
Se inicia el establecimiento ya en los primeros meses de vida. Más que un plazo fijo, hay un periodo “sensible” para el establecimiento de una figura de apego, de modo que incluso niños adoptados que no han tenido ocasión de hacerlo en un principio, pueden establecer esta relación más tarde. Este periodo sensible dura más o menos hasta los 3 años.
¿Qué son las crisis de angustia de separación?
Una vez que el establecimiento de las relaciones de apego se ha consolidado, hacia los tres años, el niño es capaz de separarse de sus figuras de apego, manteniendo la confianza de que en la distancia también puede contar con ellas como base segura. Al final de esos tres años, estas figuras se habrán ampliado y ya no será solo la madre y/o cuidador habitual, sino también el padre, abuelos…es decir, el círculo más cercano al niño. Hasta ese momento, cualquier suceso que ponga en peligro la relación, según la visión del niño, hará que se disparen las señales que producen para tratar de restablecer la proximidad del objeto de apego: repasemos: llorar, llamar, balbucear, sonreír, “colgarse”, succión no nutritiva, y comportamientos motores como aproximación, seguimiento y búsqueda. Cualquier cosa que le proporciones el acercamiento de su madre, y de distinta forma según la edad del niño: un bebé de 8 meses llorará si le dejan en el parque, porque no puede seguir a su madre, uno de 16 meses la perseguirá como una sombra por la casa, o pedirá el pecho casi en cualquier circunstancia. No solo el alejamiento físico dispara estas señales: también cualquier situación de estrés, disgusto o molestia lo hará. Es frecuente que los niños que mamás pasado el año, pidan pecho en circunstancias en las que no se sienten seguros, y no solo para comer.
Es importante entender que para el bebé el establecimiento de esta relación es vital. Forma parte de su conducta instintiva. De hecho hay estudios que relacionan la aparición de conductas de apego con el desarrollo de las áreas cerebrales que se relacionan con la comprensión social y emocional y en esos estudios se ha observado que la ausencia de estas experiencias produce déficits a lo largo de toda la vida.
¿Qué ocurre si desantendemos o despreciamos esos intentos de acercamiento?
Puesto que para el bebé esa relación es vital, tenderá a aumentar las señales, con el fin de tratar de asegurar que será atendido de forma correcta: llorará más, pedirá mas brazos, puesto que la angustia será cada vez mayor.
BIBLIOGRAFÍA:
EL APEGO MADRE-INFANTE COMO UNA RELACIÓN INTERSUBJETIVA DRA MARIA CLOTILDE JUAREZ-HERNANDEZ.
http://www.attachmentnetwork.org/document/State%20of%20the%20Art%20-%20
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http://www.psychology.sunysb.edu/attachment/
http://www.psychology.sunysb.edu/attachment/online/twaters_medium.pdf
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http://www.psychology.sunysb.edu/attachment/online/independence.pdf
http://www.psychology.sunysb.edu/attachment/online/richters_waters.pdf
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Hasta aquí, el fruto de mis estudios. A partir de aquí, comento mis observaciones, y mi experiencia personal.
¿Por qué en crisis? ¿Porque a edades determinadas?
En estos meses de hacer y responder preguntas en el foro, me lo he preguntado muchas veces.¿que hace que los niños estén sincronizados hasta ese punto, en general?. Y he llegado a una conclusión: las fases “fijas” de angustia (6-8, 12, 16-18, 22-24…) se acompañan en general de hitos en el desarrollo:
- a los 8 meses, aparece la conciencia de la madre como ser a parte y la permanencia de objeto (saben que mamá existe aunque no la puedan ver). Pero además muchos bebés a esa edad comienzan a poder separarse de su madre mediante el gateo.
- a los 12 el inicio de la marcha
- a los 16-18 se inicia el periodo de auto afirmación y en general empiezan los berrinches y broncas, con el consiguiente deterioro de las relaciones con la madre (broncas a diario, que le producen inseguridad)
Y así sucesivamente. a estos periodos fijos de angustia tenemos que añadir otros, variables, que se producen en relación a cuestiones personales de cada familia: inicio de la actividad laboral de la madre, cambio de cuidadores, periodos de menor atención materna por otras razones. Dentro de este último epígrafe incluyo, por ejemplo, el nacimiento de un hermano, o la crisis de un hermano, o una enfermedad de un hermano.
¿Y esos periodos de papitis o mamitis?
a partir de los 18 meses, el círculo de apego se amplia, y, es posible que dichos comportamientos tengan como finalidad incluir al padre entre las figuras de apego.
¿Y porque Sandra no pasó esta crisis a los 8 meses, y ahora está colgada de mi como nunca?
Pues para eso he elaborado una teoría particular: Sandra tuvo todos los brazos que un bebé pueda necesitar sin a penas esforzarse, por ello no pasó angustia en ese momento. Carlos ha tenido que disputar su atención, ya que ahora son dos niños. Y a medida que el ha ido haciendo valer sus derechos, Sandra ha sentido que esto pone en peligro sus propia relación conmigo. Probablemente si el segundo hijo es un bebé de altas demandas (más llorón o con problemas, para entendernos) esto produce una crisis en el mayor en relación al nacimiento. en nuestro caso no ha sido así, Carlos ha sido muy tranquilo y dormilón, así que le dio 8 meses de tregua a Sandra
Escuchar a los niños
El problema de los niños “caprichosos”, que “no tienen límites” o que “se portan mal” es un problema falso. En realidad, lo que necesitamos abordar es la discapacidad que tenemos los adultos para comunicarnos con los niños. Por eso necesitamos escucharles, reconocer nuestras propias necesidades y las de ellos, y comunicarnos verbalmente legitimando lo que nos pasa. Entonces podremos buscar acuerdos entre el deseo de uno y el deseo del otro, buscando creativamente una manera de respetarnos.
Siempre me ha llamado la atención que no consideremos necesarios los acuerdos con los niños. Por ejemplo: un niño nos pide que le expliquemos un cuento antes de ira dormir. Le decimos que se tiene que lavar los dientes. Se enfada. Discutimos. Ni se lava los dientes, ni le explicamos el cuento. Por la noche se hace pipí. Todos nos sentimos confundidos y amargados. Una opción posible es tener en cuenta la demanda original, formulada bajo la forma desplazada de explicar un cuento.
Reconocemos que hemos trabajado todo el día, que el niño pequeño nos echa de menos, que quiere un momento de intercambio sólo, que ya no sabe como pedirlo. Aquí los adultos contamos con la palabra mágica: “ah… ¿quieres que te explique un cuento? ¿qué te parece si nos lavamos los dientes?” o bien, “yo también tengo muchas ganas de estar un rato tranquila contigo” o, incluso, podríamos dejar el lavarse los dientes para otro moemtno. Si los niños piden que les expliquemos un cuento, tengámoslo en cuenta! Pactemos teniendo en cuenta lo que ellos necesitan y lo que nosotros los adultos estamos en condiciones de ofrecer: ponerse de acuerdo significa acercar posiciones. Una vez hemos accedido a la petición desplazada, tenemos que ir a buscar la petición original. Esta cuestión requiere un conocimiento genuino sobre las necesidades básicas de los más pequeños. Los adultos solemos considerar que “ya son demasiado mayores para…” creemos que tendrían que hacer lo que sea que aún les resulta difícil como habilidad: jugar solos, no chuparse el dedo, permanecer en fiestas de cumpleaños sin nuestra presencia, dejar el biberón, no interrumpir cuando los mayores hablan, etc. No obstante, los niños que “no hacen caso” generalmente provienen de hogares donde la presencia compresa de los padres es escasa.
En cambio, escuchar a los niños e intentar una comunicación honesta con ellos requiere un mínimo de dedicación: o nos disponemos a buscar un rato largo por el día para alimentar las relaciones afectivas con nuestros hijos o la vida cotidiana se convierte en un infierno de prohibiciones. No hay niños difíciles, hay adultos a los que nos resulta más fácil desplegar nuestra energía y nuestros intereses en otros ámbitos.
Cuando las familias consultan por los “niños que no tienen límites” suelo sugerirles una tarea muy difícil: que se organicen para permanecer 15 minutos al día sentados en el suelo de la habitación de su hijo o hija sin hacer nada. Sólo observándoles y estando disponibles. En la siguiente entrevista que tenemos solemos comentar los resultados. Aunque parezca increíble, casi nadie lo consigue. Porque suena el móvil, o han vuelto tarde de una fiesta de cumpleaños, o han ido a comprar, o se ha enfermado la abuela. De esta forma podemos, al menso, reconocer los obstáculos emocionales que la mayoría de los adultos tenemos para ocuparnos 15 minutos al día exclusivamente para nuestros hijos e hijas. La realidad es que los niños esperan. En la vida cotidiana el instante de “estar con los padres” parece no llegar nunca.
Si por casualidad el niño está entretenido, “aprovechamos” para “huir” a preparar la cena. Entonces el niño interpreta que “cuando estoy tranquilo y juego solo, pierdo a la madre o el padre”. En cambio si molesto “tengo al padre o a la madre”. Cada niño “caprichoso” es en realidad un niño que necesita más padre o madre, necesita un adulto que se pare, que encuentre “un límite” en su vertiginosa forma de actuar. Estamos preocupados por la educación de nuestros hijos e hijas, preguntándonos cómo hacer para que se porten bien, sean amables y educados y puedan vivir según las normas de nuestra sociedad. No obstante, estos “resultados” no dependen tanto de nuestros anhelos, sino de lo que comunicamos genuinamente. Para ello se requiere un trabajo de introspección permanente. No podemos pretender que los niños pequeños expliquen sencillamente aquello que les pase, si no les escuchamos. Tampoco serán capaces de hacerlo si no les explicamos qué nos pasa. Y aún peor, nosotros no sabemos hablar con ellos, porque ni siquiera nos entendemos a nosotros mismos. Pero sólo será posible llegar a acuerdos si tenemos presente el conocimiento y aceptación de aquello que nos sucede a todos. De esta forma será factible experimentar encuentros armoniosos y tiernos. En lugar de hablar “de estos niños que se portan mal”, hay que considerar nuestros modelos de comunicación, la confianza con la que nos dirigimos hacia nuestros niños, la búsqueda de nuestra verdad y el ejercicio de hablar con la verdad personal cada día, a cada instante, con cada uno de los niños. Este entrenamiento requiere valentía , ya que a veces tenemos que deshacernos de modelos antiguos aprendidos en la infancia, que perpetúan autoritarismos, miedos y enorme desconocimiento del alma humana.
En la práctica cotidiana de la escucha constatamos que las “luchas” contra los niños se suavizan, aparece la comprensión y la aceptación de las diferencias y el verdadero sentido personal que tiene para cada uno de nosotros la vida compartida con nuestros hijos e hijas.
martes, 2 de junio de 2009
Correo y mar
Por otro lado, durante el mes de mayo la he recogido a las 12:30 del cole. Cada dia, justo cuando llegabamos a la puerta de nuestro edificio, la cartera pasaba por el, dejando las cartas en el portal. Nos propusimos hablar con ella, para saludar y preguntarle alguna cosas sobre su trabajo. Pero pasaron los dias y no nos lanzamos. Eso si, Laia le ha puesto nombre. Nuestra cartera se llama Conchita. Cuando entramos al portal, como ha dejado las cartas desordenadas en el suelo, las cogemos y Laia ha aprendido a buscar a quien pertenecen y repartirlas en los 7 buzones (que hace falta cambiar o al menos darle con un trapo para quitar la capa de mugre que tienen. Entre esta foto y la que puso Eva en su blog, la sensacion de Bronx es total). Asi que su proyecto ha consistido en identificar a nuestros vecinos en las cartas y asociarlos a un buzon. Ahora en junio, que Laia sale a la una, encontramos a Conchita volviendo a la sucursal de correos, una vez hecho el reparto. Tambien ha aprendido que para que nos lleguen las cartas unas persona las tiene que repartir, que Conchita es cartera.