Como comentaba hace unas semanas, el grueso de los juegos que mi hija inventa durante las tardes que pasamos juntas van dirigidos a aprender a leer y/o escribir. Hace tiempo que tiene esa vía de interés muy despierta. Básicamente me limito a acompañarla y a proporcionarle lo que me pide, pero sin forzar ningún aprendizaje. Reconozco que estoy dividida. Por un lado, me gusta que aprenda cosas si así lo quiere, pero por otro recuerdo que yo aprendí con cuatro años a leer y cuando nos "enseñaron" en el cole fue tedioso para mí. Así que le sigo el juego, pero no me adelanto a nada que ella no pida previamente. Eso sí, cuando veo que escribe palabras importantes para ella, se me cae la baba, claro. Porque su método es ése, va incorporando palabras importantes (nombres de amigos, de dibujos animados, de cosas...) y a partir de ellas aprende letras nuevas, relaciona las que ya conoce con su aparición en otras palabras... No sé si alguien ya habrá bautizado este método.
Por otro lado, dentro de estas tardes de temporal, de invierno, de lluvia, de nieve, de viento y de frío, nos ha venido al pelo la propuesta de menihera para esta semana. Se trataba de hacer un muñeco de nieve. Como aún no nos atrevemos a ir a la montaña con Teo (con Laia fuimos recién cumplido el mes, bajo otras condiciones metereológicas), hemos simulado que el algodón es nieve. Y así pasamos un rato agradable, hablando del invierno.