Por si quedaban dudas, Violeta ha puesto este texto en CCC, extraído del "aval pediátrico".
En los lactantes, la micción es espontánea debido a un reflejo medular. Según se distiende la vejiga se van enviando impulsos hacia el centro sacro de la micción y llega un momento en que se activa el reflejo espinal, dando lugar a la contracción del detrusor y simultáneamente se relaja el esfínter muscular estriado’.
A medida que el niño crece, va reduciendo progresivamente su frecuencia miccional y va adquiriendo un patrón miccional.
A los 4 años de edad la mayoría de los niños ya habrán desarrollado un control miccional similar al del adulto y serán continentes las 24 horas del día’.
La micción o vaciado de la vejiga es un acto reflejo regulado por la médula espinal y los nervios simpáticos y parasimpáticos.
El estímulo simpático hace que se relaje la vejiga y se contraiga el esfínter. Se cierran los orificios uretrales, se contrae el esfínter interno.
La estimulación parasimpática relaja el esfínter interno, estimula el músculo detrusor y hace que se vacíe la vejiga.
Cuando se llena la vejiga, la presión interior que se va formando estimula los receptores de tensión y provoca contracciones reflejas del músculo detrusor y surge la necesidad de la micción.
Los lactantes que no han desarrollado aún control voluntario sobre el esfínter uretral externo, orinan de manera automática cada vez que se les llena la vejiga
Aproximadamente, el 75 por ciento de los niños logra controlar la orina a los 3 años y el 90 por ciento a los 5, por lo tanto, el mojarse en la cama por la noche no es una enfermedad en sí, sino una disfunción de las vías urinarias inferiores (vejiga y uretra), llamada Enuresis.
La función normal de la vejiga es la de almacenar orina y expulsarla por la uretra (conducto por donde sale la orina) en forma voluntaria. Esta función la logra por estar formada de músculo, tejidos elásticos y vasos sanguíneos. Estas fibras musculares y tejidos elásticos forman los esfínteres, que se encargan de abrir y cerrar la salida de la orina, para que sea expulsada por la contracción del músculo de la vejiga.
Para la edad de 1 a 2 años hay un aumento en la capacidad de almacenamiento de orina (capacidad vesical) en la vejiga, y de maduración del sistema nervioso. Esto permite al niño adquirir paulatinamente la capacidad de darse cuenta que su vejiga está llena y la necesidad de vaciarla con una micción (acto de orinar), lo que significa que adquiere la capacidad de iniciar y terminar una micción y que es lograda en forma voluntaria, gracias al control de la corteza cerebral.
Los niños enuréticos continúan presentando un patrón de vejiga semejante a las vejigas de niños menores de 2 años, vejigas con poca capacidad para almacenar orina, disminuidas hasta en un 50 por ciento del volumen normal y con contracciones de la vejiga frecuentes y no controladas.
No hay una causa simple que la ocasione, es más frecuente que intervengan factores como disfunción de la vejiga y uretra, retraso en la maduración del sistema nervioso, infecciones urinarias o del tipo de alergias o factores relacionados con las características del sueño (como vemos aquí, nada que sea susceptible de ser entrenado mediante técnicas de modificación de conducta)
Algunos de estos niños también presentan aumento en el número de veces que orinan en el día y de urgencia para orinar (incapacidad de aguantarse un tiempo razonable antes de iniciar la micción). Este comportamiento vesicouretral ha sido relacionado con un retraso en el desarrollo del sistema nervioso, pero se resuelve solo, con el paso del tiempo.
Está demostrado que los factores alérgicos contribuyen a disminuir la capacidad vesical e incrementar la frecuencia de contracciones de la vejiga, por lo tanto es posible que faciliten la aparición de la incontinencia de orina durante el sueño.
Existen datos de que estos niños tienen un patrón diferente para el despertar, el cual se ha explicado como un estado de confusión al despertar, lo que favorece que la vejiga, con las características ya mencionadas, se contraiga en este momento y se presente la salida de orina involuntaria durante el sueño.
Con base en estos datos de alteraciones funcionales vesicouretrales, los factores psicológicos como causa de la enuresis son poco probables.
Entender que esta forma de incontinencia nocturna es involuntaria; que no es anormal que el control nocturno de la micción no se obtenga antes de los 4 a 5 años; que es un problema de "maduración" del sistema nervioso y desarrollo de la función vesicouretral; que las lesiones o malformaciones de vejiga y uretra en estos niños son muy esporádicas; que en la maduración del control de la orina en la noche puede ser influido en sentido negativo por muchos factores, como el ambiente familiar, social o de aprendizaje y retrasar el momento del control urinario nocturno; que es muy importante que los mismos padres observen si hay anormalidades en lo relacionado con el vaciamiento de la vejiga: frecuencia de micciones, si el niño tiene molestias antes, durante y después de orinar; que investiguen si hay otros miembros cercanos en la familia que se hayan mojado después de los 5 años en la cama; que ante la duda de si es sólo trastorno de maduración sea examinado por un pediatra con amplia experiencia en trastornos de la micción para asegurarse de que no haya infección y mediante una buena evaluación de los síntomas y del patrón de la micción pueda evaluar la necesidad o no de hacer estudios más detallados de las vías urinarias y de la micción; que existen diferentes formas de tratamiento y principalmente el de orientación hacia los padres, para aseguren al niños que no se trata de una enfermedad ni de un problema psicológico o de conducta."