Tenía muchas ganas de poder traer algún artículo de la página que han creado un grupo de madres http://www.entrecomadres.org/ . Según sus propias palabras:
"nace con la esperanza de ser un libro en blanco, un libro vivo que se escriba cada día recopilando así la experiencia de todas las madres que quieran en torno a su maternidad"
Está en proceso de construcción, pero ya se pueden ver artículos y participar en su foro, que para mí ha sido como reencontrar a muchas de las personas que más he leído estos años. Así que estoy entusiasmada. Uno de los textos subidos ya es la explicación de Cani en la retirada del pañal de su hija. Mi hija fue siguiendo sus mismos pasos y me dio mucha seguridad el tener su experiencia como referencia.
Pero hoy traigo un artículo de Sole sobre el control de esfínteres, que además de todas las traducciones que he subido ya, también tiene algunos artículos imprescindibles, en mi opinión.
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Controlar esfínteres supone pasar de un proceso reflejo a un acto voluntario. Los bebes pequeños, hacen pis y caca de modo reflejo o automático, sin ningún tipo de control sobre esos procesos.
Adquirir el control de este procedimiento es un proceso madurativo. Al igual que todos los niños muestran interés e inicio del control sobre la marcha alrededor del año, y no hay nada que podamos hacer para acelerar este proceso. O todos los niños comienzan a poder comer sólidos alrededor de los 6 meses.
Como todos estos procesos madurativos existe una enorme variabilidad personal en cuanto a los plazos: hay niños que con 10 meses dan algunos pasos y otros que lo hacen con 18 o 20 y todo ello entra dentro de la normalidad. Igualmente dentro de los plazos de adquisición del control de esfínteres es igual de normal hacerlo con 2 años que con 4.
La vejiga urinaria es un órgano que sirve para almacenar la orina que llega desde los riñones continuamente. Durante el llenado, los músculos que la forman se mantienen relajados. Este órgano, con el fin de que no salga la orina de forma continua, tiene un músculo anular llamado esfínter, que por lo general permanece contraído, es decir cerrado. También se encuentra otro músculo esfínter en la uretra (tracto de salida de la vejiga). Cuando la vejiga se llena de orina, unos receptores localizados en la misma, envían al cerebro la señal para que automáticamente los esfínteres se relajen y la orina pueda salir. Esta coordinación se lleva a cabo mediante mecanismos neurológicos de gran complejidad por lo que el control voluntario (es decir: ser capaz de relajar el esfínter no de este modo automático, sino de forma voluntaria como y cuando se desea) aparece tardíamente.
En el recto ocurre un fenómeno similar con las heces.
Alrededor de los 18 meses o los dos años, algunos niños pueden darse cuenta de que están haciendo pis o caca y avisar para que se les cambie el pañal., pero esto no significa en ningún caso que tengan la capacidad de retrasar el momento de forma voluntaria. Es decir: no tienen CONTROL sobre sus esfínteres.
La maduración de los centros nerviosos comienza entre los 18 meses y los tres años. De forma que entre los 2 y los 4 años la mayor parte de los niños puede controlar adecuadamente ambos esfínteres: anal y vesical. Siendo por tanto capaces de avisar su deseo y de retrasar la micción y la defecación para hacerlo en el momento y lugar deseado.
Al tratarse de un proceso madurativo, y aunque la estimulación pueda tener algún efecto positivo (o negativo) sobre el mismo, no hay nada que los padres o el niño puedan hacer para acelerarlo: el niño adquiere control suficiente como para retener la orina y las heces, cuando los procesos neurológicos que tienen lugar entre los receptores de los órganos, el cerebro y los esfínteres, estén perfeccionados. Por tanto, enfadarse, castigar, humillar, comparar con otros tiene un efecto similar a gritarle a una oruga para que se convierta en mariposa.
No se trata tampoco de un proceso lineal. Se producen a lo largo del mismo, avances, estancamientos y retrocesos que los padres deben aprender a acompañar. Puesto que el plazo normal para la adquisición del control es entre los 2 y los 4 años, hablar de regresiones o comportamientos regresivos en niños que se vuelven a hacer pis dentro de este plazo es un error. No puede considerarse regresión algo que aun forma parte de los progresos de esa edad. No se puede regresar a un sitio de donde aun no se ha salido.
Mitos:
-los dos años: haber fijado como normal la edad de dos años para el control de esfínteres, edad que esta en el INICIO del proceso madurativo, nos hemos creado un problema. Más bien se lo hemos creado a los niños. Desde que un niño empieza a avisar cuando ha hecho pis, o mientras lo esta haciendo hasta que se completa el proceso de adquisición del control pueden pasar dos años mas.
-el verano: puede que hayamos heredado este mito de la edad de los pañales de tela. Pero hoy día no tiene sentido mantenerlo. Además se utiliza la llegada del buen tiempo como disculpa para empezar el “entrenamiento” de niños de 18 meses, 24 meses o 30 meses indistintamente. Llegado el buen tiempo, les quitamos de a hecho el pañal, les perseguimos con un orinal, les llevamos al baño cada 30 minutos y les mantenemos sentados hasta que de casualidad hacen algo. Esto no es control de esfínteres.
-No se puede dar marcha atrás: siempre se puede dar marcha atrás. No hay dobles mensajes. Es muy frecuente que en las vacaciones de verano, un niño perseguido continuamente con un orinal, no se moje nunca. Ese mismo niño sin una madre a su lado todo el día, y puesto que su “control” es ficticio. (en realidad es control por parte de su madre) devuelto a la vida diaria, con mama ausente, pierda ese supuesto “control”. Como decía antes, no se puede hablar de regresión cuando estamos en un proceso que aun no se ha completado.
Es frecuente ver a mamas excusando a sus hijos “es que estaba distraído”, “es que se olvidó avisar”. Cuando el control es real, como sucede en los adultos, estas cosas no suceden. Ningún niño de 10 años se orina porque se olvidó. Y la única diferencia con el de 2 y medio, es que este ultimo no tiene un control real sobre la voluntariedad de esa función.
Cuando el proceso se lleva a cabo respetando el ritmo madurativo del niño este tipo de accidentes son mínimos.
Por tanto, las normas serian:
-Esperar a que el niño este suficientemente maduro como para ser capaz de RETRASAR el momento de orinar o defecar. No solo de avisar inmediatamente antes de hacerlo
-Contar siempre con la colaboración del niño: debe ser capaz de comprender lo que sucede, como sucederá, lo que se espera de él. Así mismo tiene que ser capaz de expresarse y hacerse entender.
-Siempre animar con los buenos resultados. Nunca jamás criticar los “fallos”.
-Permitir al niño que vuelva a usar pañal siempre que crea que lo necesita. No hacerlo por conveniencia de los padres, pero sí si el niño lo necesita.
Los padres tenemos que aprender a ACOMPAÑAR los procesos madurativos, interviniendo lo menos posible. Saber cual es el proceso normal, y cuales son los plazos normales ayuda a respetar los ritmos del niño.
BIBLIOGRAFIA:
-Maria Paula Cavana. Licenciada en Psicología.
http://www.zonapediatrica.com/psicologia/sobre-control-de-esfinteres.htm
_Dr Carlos Gutierrez Segura. Cirujano Pediatrico. Unidad de Urodinámica y Motilidad Digestiva Pediátrica, Hospital Central de Asturias.
Unidad de Incontinencia Urinaria, Reeducación del Suelo Pélvico y Urodinámica
http://www.sccalp.org/padres/esfinteres.htm
- Àngels Codosero Medrano. Psicóloga clínica y psicoterapeuta psicoanalítica
http://www.psicopedagogia.com/control-esfinteres
Adquirir el control de este procedimiento es un proceso madurativo. Al igual que todos los niños muestran interés e inicio del control sobre la marcha alrededor del año, y no hay nada que podamos hacer para acelerar este proceso. O todos los niños comienzan a poder comer sólidos alrededor de los 6 meses.
Como todos estos procesos madurativos existe una enorme variabilidad personal en cuanto a los plazos: hay niños que con 10 meses dan algunos pasos y otros que lo hacen con 18 o 20 y todo ello entra dentro de la normalidad. Igualmente dentro de los plazos de adquisición del control de esfínteres es igual de normal hacerlo con 2 años que con 4.
La vejiga urinaria es un órgano que sirve para almacenar la orina que llega desde los riñones continuamente. Durante el llenado, los músculos que la forman se mantienen relajados. Este órgano, con el fin de que no salga la orina de forma continua, tiene un músculo anular llamado esfínter, que por lo general permanece contraído, es decir cerrado. También se encuentra otro músculo esfínter en la uretra (tracto de salida de la vejiga). Cuando la vejiga se llena de orina, unos receptores localizados en la misma, envían al cerebro la señal para que automáticamente los esfínteres se relajen y la orina pueda salir. Esta coordinación se lleva a cabo mediante mecanismos neurológicos de gran complejidad por lo que el control voluntario (es decir: ser capaz de relajar el esfínter no de este modo automático, sino de forma voluntaria como y cuando se desea) aparece tardíamente.
En el recto ocurre un fenómeno similar con las heces.
Alrededor de los 18 meses o los dos años, algunos niños pueden darse cuenta de que están haciendo pis o caca y avisar para que se les cambie el pañal., pero esto no significa en ningún caso que tengan la capacidad de retrasar el momento de forma voluntaria. Es decir: no tienen CONTROL sobre sus esfínteres.
La maduración de los centros nerviosos comienza entre los 18 meses y los tres años. De forma que entre los 2 y los 4 años la mayor parte de los niños puede controlar adecuadamente ambos esfínteres: anal y vesical. Siendo por tanto capaces de avisar su deseo y de retrasar la micción y la defecación para hacerlo en el momento y lugar deseado.
Al tratarse de un proceso madurativo, y aunque la estimulación pueda tener algún efecto positivo (o negativo) sobre el mismo, no hay nada que los padres o el niño puedan hacer para acelerarlo: el niño adquiere control suficiente como para retener la orina y las heces, cuando los procesos neurológicos que tienen lugar entre los receptores de los órganos, el cerebro y los esfínteres, estén perfeccionados. Por tanto, enfadarse, castigar, humillar, comparar con otros tiene un efecto similar a gritarle a una oruga para que se convierta en mariposa.
No se trata tampoco de un proceso lineal. Se producen a lo largo del mismo, avances, estancamientos y retrocesos que los padres deben aprender a acompañar. Puesto que el plazo normal para la adquisición del control es entre los 2 y los 4 años, hablar de regresiones o comportamientos regresivos en niños que se vuelven a hacer pis dentro de este plazo es un error. No puede considerarse regresión algo que aun forma parte de los progresos de esa edad. No se puede regresar a un sitio de donde aun no se ha salido.
Mitos:
-los dos años: haber fijado como normal la edad de dos años para el control de esfínteres, edad que esta en el INICIO del proceso madurativo, nos hemos creado un problema. Más bien se lo hemos creado a los niños. Desde que un niño empieza a avisar cuando ha hecho pis, o mientras lo esta haciendo hasta que se completa el proceso de adquisición del control pueden pasar dos años mas.
-el verano: puede que hayamos heredado este mito de la edad de los pañales de tela. Pero hoy día no tiene sentido mantenerlo. Además se utiliza la llegada del buen tiempo como disculpa para empezar el “entrenamiento” de niños de 18 meses, 24 meses o 30 meses indistintamente. Llegado el buen tiempo, les quitamos de a hecho el pañal, les perseguimos con un orinal, les llevamos al baño cada 30 minutos y les mantenemos sentados hasta que de casualidad hacen algo. Esto no es control de esfínteres.
-No se puede dar marcha atrás: siempre se puede dar marcha atrás. No hay dobles mensajes. Es muy frecuente que en las vacaciones de verano, un niño perseguido continuamente con un orinal, no se moje nunca. Ese mismo niño sin una madre a su lado todo el día, y puesto que su “control” es ficticio. (en realidad es control por parte de su madre) devuelto a la vida diaria, con mama ausente, pierda ese supuesto “control”. Como decía antes, no se puede hablar de regresión cuando estamos en un proceso que aun no se ha completado.
Es frecuente ver a mamas excusando a sus hijos “es que estaba distraído”, “es que se olvidó avisar”. Cuando el control es real, como sucede en los adultos, estas cosas no suceden. Ningún niño de 10 años se orina porque se olvidó. Y la única diferencia con el de 2 y medio, es que este ultimo no tiene un control real sobre la voluntariedad de esa función.
Cuando el proceso se lleva a cabo respetando el ritmo madurativo del niño este tipo de accidentes son mínimos.
Por tanto, las normas serian:
-Esperar a que el niño este suficientemente maduro como para ser capaz de RETRASAR el momento de orinar o defecar. No solo de avisar inmediatamente antes de hacerlo
-Contar siempre con la colaboración del niño: debe ser capaz de comprender lo que sucede, como sucederá, lo que se espera de él. Así mismo tiene que ser capaz de expresarse y hacerse entender.
-Siempre animar con los buenos resultados. Nunca jamás criticar los “fallos”.
-Permitir al niño que vuelva a usar pañal siempre que crea que lo necesita. No hacerlo por conveniencia de los padres, pero sí si el niño lo necesita.
Los padres tenemos que aprender a ACOMPAÑAR los procesos madurativos, interviniendo lo menos posible. Saber cual es el proceso normal, y cuales son los plazos normales ayuda a respetar los ritmos del niño.
BIBLIOGRAFIA:
-Maria Paula Cavana. Licenciada en Psicología.
http://www.zonapediatrica.com/psicologia/sobre-control-de-esfinteres.htm
_Dr Carlos Gutierrez Segura. Cirujano Pediatrico. Unidad de Urodinámica y Motilidad Digestiva Pediátrica, Hospital Central de Asturias.
Unidad de Incontinencia Urinaria, Reeducación del Suelo Pélvico y Urodinámica
http://www.sccalp.org/padres/esfinteres.htm
- Àngels Codosero Medrano. Psicóloga clínica y psicoterapeuta psicoanalítica
http://www.psicopedagogia.com/control-esfinteres