La idea del color de los besos creo que es bastante poética y da bastante juego, según he visto por internet al buscar información para esta entrada. Hoy vengo con dos cuentos sobre el tema.
Mamá, ¿De qué color son los besos? Hace tiempo nos lo regalaron, en su edición en catalán (donde el niño se llama Roger), y nos encanta leerlo, las palabras que contiene, las imágenes que nos evoca, la intimidad y el cariño que se desprende de ese momento de ir a dormir juntos, ese momento de cuentos.
"Eran pasadas las nueve cuando, como cada noche, Pablo se deslizó a
la cama de su madre y se acurrucó a su lado. ¡Cómo disfrutaba de aquel
calor tan familiar y a su vez tan incomparable!
La miró pensativo y le preguntó:
– Mamá, ¿de qué color son los besos?
– ¿Los besos? Vaya... pues... los besos pueden tener muchas formas y
colores, y la verdad es que cambian de color según lo que nos quieren
decir. Algunos besos son pequeños, ruidosos, divertidos, y muy, muy
bromistas. Estos son de un rojo brillante como...¡como las cerezas! Y nos dicen "te quiero" por tu alegría, frescor y vitalidad.
– ¡Ah, como las cerezas que nos ponemos en las orejas y parecen pendientes!– dijo Pablo."
Si los besos fueran colores Hoy he cogido este cuento de la biblioteca. Más que de colores, imagina cómo serían los besos si fueran gotas de agua, bellotas, piedras. Los dibujos simulan frescos. Son muy sencillos, muy bonitos. Estoy deseando leerlo con mi hija, que no ha podido acompañarme a la biblioteca.
“Si los besos fueran colores, verías un maravilloso arco iris brillando al sol”