En la página de paideia en familia he encontrado esta viñeta de Francesco Tonnucci que refleja bien cómo se suelen atender los embarazos. En mi última visita el tocólogo me iba comentando los resultados de los análisis mientras la enfermera me pesaba, me tomaba la tensión, me hablaba también de no sé qué. Tuve que decir: un momento, un momento, que así no me aclaro. Saqué mi lista de dudas y tomé las riendas de la visita.
Bueno, no me enrollo más. Que me parece que esta viñeta refleja bastante bien la atención que se recibe, siempre orientada a encontrar/no encontrar anomalías durante el embarazo. En el texto del blog que cito hay algo que vengo pensando desde hace días: ¿tanto cuesta preguntar cómo estás, tienes dudas?
Buscando otro texto me he encontrado éste en www.criaryamar.com, que llevo a la sección de hermanos, para no perderlo, por si las moscas se me olvidan estas cosas que parecen de bastante sentido común. La imagen es de Marta Chicote
Nuestro hijo mayor se está mostrando extremadamente celoso hacia el nuevo bebé. Obviamente está molesto con nosotros por interrumpir su predecible rutina con un nuevo ser que compite con él por nuestra atención. ¿Cómo podemos suavizar esta situación?
Piensa un poco
Antes de que el bebé entrara en tu familia, a tu hijo mayor se le había dicho muchas veces que tendría un maravilloso hermano menor con el cual podría jugar y cuán divertido sería. Cuando nace el bebé tu hijo mayor piensa “¿Me estarán tomando el pelo? ¿Esta cosa de cara roja que consume todo el tiempo y atención de papá y mamá supuestamente es lo que supuestamente tendría que ser DIVERTIDO? Entonces él juega con el bebé de la única manera que sabe: juega a tirar cosas y tú le gritas por tirarle cosas al bebé. Juega a esconderse y aparecer y tú le gritas por quitarle la manta al bebé. Él abraza al bebé y tú lo reprendes pidiéndole que sea más cuidadoso. ¿Tienes aún dudas de por qué tu hijo está confundido?
Enseña
Tu principal objetivo es proteger al bebé. Tu segundo objetivo es enseñar a tu hijo mayor de qué manera interactuar con el bebé. Puedes enseñar a tu hijo mayor cómo jugar con el bebé de la misma manera como le enseñas cualquier otra cosa. Háblale, demuéstrale, guíalo y motívalo. Mientras tanto te sientes segura de estar alcanzando tu segundo objetivo, sin embargo, no dejes a los dos niños solos cuando estén juntos. Sí, sé que no es fácil. Pero sí es necesario y tal vez prioritario.
Observa
Siempre que los niños estén juntos, observa de cerca. Si ves que el mayor se comienza a poner brusco, toma al bebé en brazos y distrae al mayor con una canción, con un juguete, un actividad o algo de comer. Esta acción protege al bebé mientras ayuda a evitar una constante de “No” lo cual podría acarrear un comportamiento agresivo hacía el bebé.
Enseñale a tocarlo suavemente
Enseña a tu hijo mayor a hacerle masajes al bebé cuando éste reposa bocabajo. Cuéntale cómo estos masajes calman al bebé y elógialo por hacerlo bien. Esta lección le enseña al niño cómo comportarse con el bebé desde el punto de vista físico en una forma positiva.
Actúa rápido
Cada vez que veas que tu hijo golpea o interactúa de manera ruda con el bebé actúa tan pronto como puedas. Puedes decirle firmemente, “No pegues, detente ya”. Pon al niño en una silla durante unos momentos y dile que puede bajar cuando pueda usar sus manos de una manera suave con el bebé. Permítele bajar inmediatamente si él desea y tanto tiempo como él pueda relacionarse con el bebé de una manera suave. Esto no debe ser entendido como castigo. Es simplemente ayudarlo a aprender que los comportamientos rudos no están permitidos.
Enseña con el ejemplo
Los niños aprenden lo que viven. Tu hijo mayor observará de qué manera tú te comportas con el bebé y aprenderá de tus acciones. Eres el más importante maestro para tu hijo. Estás demostrando en cada uno de tus actos y tu hijo aprende más por medio de la observación.
Elogia
Siempre que veas a tu hijo mayor tocando al bebé de manera suave, haz un comentario positivo. Pondera de manera elocuente lo importante que es el “hermano mayor”. Abrázalo, bésale y dile cuán orgullosa estás.
Cuida tus palabras
No uses al bebé siempre como excusa. “No podemos ir al parque, el bebé está dormido”. “Haz silencio, vas a despertar al bebé”. “Después de cambiar al bebé te ayudaré”. ¡A estas alturas tu hijo querrá deshacerse del bebé! En lugar de eso, usa razones alternativas. “Mis manos están ocupadas ahora”. “Iremos después de almorzar”. “Te ayudaré en tres minutos”.
Empatiza
Reconoce los sentimientos que tu hijo no expresa tales como “Las cosas han cambiado con el bebé aquí". Va a tomarnos mucho tiempo acostumbrarnos a esta nueva situación. Haz siempre comentarios suaves y generales. No digas por ejemplo “Apuesto a que odias a tu hermanito”. En lugar de ello di “Debe ser duro para ti ver cómo mamá pasa tanto tiempo con el nuevo bebé”. O “Apuesto a que te gustaría que fuéramos al parquet ahora mismo y no tener que esperar a que el bebé se despertara”. Cuando tu hijo se da cuenta de que tú comprendes sus sentimientos tendrá menos necesidad de tratar de hacer cosas que llamen tu atención.
Da amor extra
Aumenta esas pequeñas demostraciones de amor hacia tu hijo. Di más “te quiero”, aumenta tu dosis diaria de abrazos y encuentra tiempo para leer un libro o jugar un rato con tu hijo. Temporalmente las regresiones o algunos problemas de comportamiento serán normales y pueden ser suavizados con una dosis extra de tiempo y atención.
Involúcralo
Enseña a tu hijo mayor cómo ser de ayuda con el bebé o cómo entretenerlo. Déjalo abrir los regalos del bebé y usar la cámara para tomarle fotos. Enséñale cómo ponerle las mediecitas. Déjalo ponerle la crema. Elogialo y anímalo siempre que puedas.
Haz que cada sentimiento sea especial
Impide toda comparación. Incluso aquellas aparentemente inofensivas como por ejemplo el peso de los niños al nacer o cuándo gatearon o caminaron y quién tiene más cabello. Los niños pueden interpretar esos comentarios como críticas.
Toma aire y cálmate
Es tiempo de ajustes para toda la familia. Reduce las actividades fuera de casa, baja un poco tus estándares de labores domésticas y céntrate en tu prioridad ajustando todo a tu nueva familia.
Éste artículo es publicado con autorización de NTC/Contemporary Publishing Group Inc. from Perfect Parenting, del libro The Dictionary of 1,000 Parenting Tips by Elizabeth Pantley, copyright 1999
Ya que estoy en plan cuentos, hay uno del que quería hablar hace tiempo, El libro de las hadas. Lo descubrí en Dideco por casualidad, ya que no estaba en la sección de cuentos, sino con los libros sobre educación destinados a padres y educadores en general. Incluso le comenté a la dependienta que me parecía que el pobre estaba desubicado, justo al lado de libros como Llantos y rabietas o Mi niño no me come, por poner dos ejemplos que me vienen ahora a la cabeza. El autor es Saviour Pirotta y las ilustraciones son de Susanna Lockheart. La encuadernación es en cartón y realmente lo que a mí me gusta son las ilustraciones, ya que el texto, no sé si será cosa de la traducción , deja algo que desear, a pesar de las ideas poéticas. Dudo si son poemas o no, creo que sí y las historias son bonitas, de la cotidianidad de las hadas, pero a los textos les falta algo.
Algunas páginas tienen sorpresas en forma de pop ups, creo que se llaman, formando el efecto de dos ilustraciones en la misma página.
A mi hija la historia que más le gusta es Una boda de cuentos de hadas. Coincidió que compré el cuento una semana antes de que asistiera con nosotros a su primera boda (bueno, era la segunda, pero la primera, con dos meses, no cuenta). Supongo que identificó los personajes con los amigos de la celebración y eso hace que leamos varias veces a la semana esa historia.
La idea del color de los besos creo que es bastante poética y da bastante juego, según he visto por internet al buscar información para esta entrada. Hoy vengo con dos cuentos sobre el tema.
Mamá, ¿De qué color son los besos?Hace tiempo nos lo regalaron, en su edición en catalán (donde el niño se llama Roger), y nos encanta leerlo, las palabras que contiene, las imágenes que nos evoca, la intimidad y el cariño que se desprende de ese momento de ir a dormir juntos, ese momento de cuentos.
"Eran pasadas las nueve cuando, como cada noche, Pablo se deslizó a la cama de su madre y se acurrucó a su lado. ¡Cómo disfrutaba de aquel calor tan familiar y a su vez tan incomparable!
La miró pensativo y le preguntó:
– Mamá, ¿de qué color son los besos?
– ¿Los besos? Vaya... pues... los besos pueden tener muchas formas y colores, y la verdad es que cambian de color según lo que nos quieren decir. Algunos besos son pequeños, ruidosos, divertidos, y muy, muy bromistas. Estos son de un rojo brillante como...¡como las cerezas! Y nos dicen "te quiero" por tu alegría, frescor y vitalidad.
– ¡Ah, como las cerezas que nos ponemos en las orejas y parecen pendientes!– dijo Pablo."
Si los besos fueran colores Hoy he cogido este cuento de la biblioteca. Más que de colores, imagina cómo serían los besos si fueran gotas de agua, bellotas, piedras. Los dibujos simulan frescos. Son muy sencillos, muy bonitos. Estoy deseando leerlo con mi hija, que no ha podido acompañarme a la biblioteca.
“Si los besos fueran colores, verías un maravilloso arco iris brillando al sol”
Personalmente creo que todas las formas de violencia, pasivas o activas, concretas o sutiles, se generan a partir de la falta de maternaje, es decir, a partir de la falta en la calidad de atención, calidez, amor, brazos, altruismo, generosidad, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, mirada y sostén....recibidos –o no- desde el nacimiento y durante toda la infancia.
Desde el punto de vista del bebé, toda experiencia sin suficiente apoyo y sostén, es violenta. Porque actúa en detrimento de las necesidades básicas.
Sencillamente, un bebé pequeñito llega al mundo sin ninguna autonomía. Recién adquiere la capacidad de desplazarse por sus propios medios alrededor de los nueves meses, gracias al gateo. Y necesita alrededor de dos años para tener conciencia de su ser separado. Y luego precisará varios años para que pueda salir solo a la selva urbana. Necesita del adulto para sobrevivir. Por supuesto que requiere que se le procure alimento, higiene, calma y silencio para dormir. También sabemos que el niño necesita contención, calor, cercanía de otro cuerpo, leche, mirada, palabras y sobre todo alguien que haga de mediador entre él y el mundo externo. Si no recibe una calidad de atención acorde con sus necesidades básicas, esa falta la vive como violenta. Es la violencia del desamparo.
La realidad es que la mayoría de los bebés llegan al mundo sin una mamá o persona maternante capaces de sostener y fundirse en la inmensa necesidad de ser sostenidos y acariciados en forma permanente. En la actualidad, los bebes no reciben incondicionalmente lo que piden, porque siempre hay un adulto cerca para no estar de acuerdo y para tener una opinión al respecto.
Generalmente se trata de las mismas madres amorosas que entramos en contradicción con nuestros propios pensamientos. El asunto es que no es un período para pensar. Es un período para entrar en fusión emocional. No hay que buscar razones, ni elegir concienzudamente la mejor opción. No hay reglas a seguir ni consejos aplicables. En estos casos los niños quedan prisioneros de lógicas incomprensibles, alejados de los brazos de sus madres y solos.
Los bebés unánimemente explican una y otra vez a través de sus interminables y prístinos llantos, dónde está su lugar. El bebé que no está en contacto con el cuerpo de su madre, experimenta un inhóspito universo vacío que lo va alejando de su anhelo de bienestar que traía consigo desde el período en que vivía dentro del vientre amoroso de su madre. El bebé recién nacido no está preparado para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta violenta separación de la díada causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. Cuando las expectativas naturales que traía el pequeño son traicionadas, aparece el desencanto, junto al miedo de ser nuevamente herido. Y después de muchas experiencias similares, brota algo tan doloroso para el alma como es el enojo, el miedo y la resignación.
Cuando ese ser tan pequeñito no se siente valioso ni bienvenido, se convertirá necesariamente en un ser humano sin confianza, sin espontaneidad y sin arraigo emocional. Todos los bebés son valiosos, pero sólo pueden saberlo por el modo en que son tratados. En los países “desarrollados”, las madres compramos libros con indicaciones sobre cómo atender a nuestros hijos, sobre cómo dejarlos llorar hasta que se duerman y cómo abandonarlos en el vacío emocional sin siquiera tocarlos. Las madres jóvenes desconfiamos de nuestra capacidad innata de criar a nuestros hijos, y desoímos los “motivos” que tienen los bebés para transmitir señales que son inconfundiblemente claras.
La noche en particular puede ser terrorífica para los niños al no percibir ningún movimiento. El “tiempo” aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a diferencia de las vivencias dentro del útero donde toda necesidad era satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. De hecho, los niños lloran hasta dormirse. Al despertar, finalmente encuentran confort en brazos de sus madres. Pero ya no confían, están atentos y se aferran con vigor a los pechos calientes. Los muerden, los lastiman. Tienen miedo. Y así, una y otra vez hasta que abandonan. El miedo los acompañará siempre, incluso en esos momentos en que están reconfortados. Porque saben que el silencio volverá en cualquier momento a devorarlos. Nunca más dejarán de estar alertas. No cuentan con nadie y el mundo es hostil.
Cuando nuestros hijos lloran o reclaman “más de lo normal”, creemos que se han constituido en enemigos que las madres debemos vencer. La idea básica alrededor de esta moda estima que satisfacer las necesidades de un bebé o niño pequeño los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una y otra vez el resultado opuesto al esperado. De hecho, los bebés siguen siendo “demandantes”, se enferman, se accidentan y nos traen muchos dolores de cabeza.
En la medida que van creciendo, la psique se organiza adquiriendo ciertos mecanismos de supervivencia, para sufrir lo menos posible. Algunos de esos mecanismos son visibles, como los niños que pegna o muerden para sentirse valiosos; otros son invisibles, como los niños que suelen ser víctimas de otros niños, o los que se deprimen o pasan desapercibidos, o bien los que se enferman con demasiada frecuencia, logrando de ese modo obtener la mirada y la atención que siempre necesitaron.
En la medida que no estemos dispuestos a atender y satisfacer las necesidades naturales y legítimas de los niños pequeños, estamos induciendo a perpetuar las dinámicas violentas. Porque un niño no satisfecho, es un niño que insistirá por diferentes medios conquistar lo que necesitó genuinamente. Así crecerá, se convertirá en adolescente, en joven y en adulto: como un ser necesitado. Entonces golpeará a otros, robará, manipulará situaciones, se convertirá en víctima de otros, luchará por obtener lo que creerá imprescindible para su supervivencia emocional. Aunque habrá olvidado lo que siempre quiso pero no podrá conseguir, por más fuerte y poderoso que devenga: no podrá obtener más mamá.
Todas las formas de violencia que tanto nos preocupan, tienen un común denominador: la necesidad primaria no satisfecha. Cuando algo vital para la supervivencia emocional, no lo podemos incorporar, nos desesperamos. Y la desesperación por vivir, nos obliga a buscar modos de apropiarnos de lo que sea. Puede ser el deseo del otro, el cuerpo del otro, el prestigio del otro, o lo que sea que la conciencia perciba como alimento espiritual.
Por eso, si reconocemos nuestras propias limitaciones afectivas, nuestras incapacidades para reconocer el deseo del niño que es diferente al nuestro (y justamente por eso no lo toleramos); veremos que la dedicación, el altruismo y el tiempo de dedicación exclusiva hacia los niños pequeños, constituye la verdadera prevención contra todo tipo de violencias.
Los niños sostenidos, acariciados y respetados están en paz consigo mismos. No necesitan luchar por un territorio emocional, porque les sobra. No hay guerra interna o externa para librar. No les incumben las peleas. Los niños amparados y fusionados saben que obtendrán lo que necesitan. Esa es la experiencia cotidiana que repiten a cada instante y que conforman una rutina sin sobresaltos. Así se establece la seguridad interior y posiblemente ya no se mueva nunca más de las entrañas de esos seres. Sentirse seguros, amados, tenidos en cuenta, estables y con total confianza en ellos mismos y en los demás...será obviamente el tesoro más preciado para el despliegue de sus vidas.
Aunque ya estoy finalizando el primer trimestre y sigo con los síntomas, quería poner este texto de Emilio Santos Leal, escrito para la revista "Tu bebé" y publicado en su página web, que recomiendo a todas las que estén embarazadas. Probablemente sea la persona que atienda mi parto, en el que espero parir, según sus palabras, de la forma más parecida a una yecuana. Bueno, con las distancias obvias, espero que sí, esta vez mi parto me recuerde más a eso que al corto de Iziar Bollaín. Hay trozos totalmente "plagiados" de mi parto. Mejor nos lo tomamos con humor, que ya es agua pasada. Y hablando de humor, pongo también un fragmento de "el sentido de la vida" de los Monty Python, que también está muy inspirado. Los dos los traigo desde youtube, pero al de Iziar Bollaín llegué por primera vez a través de la página de El parto es nuestro.
Bueno, la asociación de ideas que me ha llevado a poner el texto del primer trimestre y estos videos satíricos sobre el parto, puede sorprender a alguna primeriza que encuentre de casualidad este blog. Es que me ha surgido así, al hablar de Emilio Santos.
No estabas segura, pero sospechabas algo. Notabas algo que no sabes describir, pero es como un estado emocional de sentirte especial, algo así como ver todo en la vida de color "de rosa"; y esa tensión en los pechos, como más tersos, más duros. Es la acción de una hormona del embarazo: la progesterona. Ahora ha pasado ya la fecha esperada de la regla y no ha venido. Ya la sospecha es mayor. Así que has comprado el kit de test de embarazo. Se lo has dicho a tu amiga más íntima y habéis quedado en tu casa para hacerte el test. El test de embarazo funciona midiendo en la orina otra hormona: la beta HCG. La beta HCG aumenta su nivel en tu sangre hasta la semana 14 de embarazo, y lo hace a un ritmo tal que se duplica cada dos días. Tras la semana 14 comienza a disminuir hasta desaparecer (¡una embarazada de siete meses puede tener un test de embarazo negativo!). Se mide en la orina porque es más fácil que en sangre. Te ha salido positivo. Ahora sí que estás segura. Puede que notes nauseas o vómitos; y cada día está más presente esa tensión en los pechos; y esa sensación de ser especial y de estar en un mundo especialmente bonito. Quizá se acompañe también de un cierto estado de despiste, se te pueden olvidar cosas que antes no se te hubieran olvidado. Ahora ya viene el paso de decírselo a otras personas. Buscas alguna forma bonita de decírselo a tu pareja. Decidís no decir nada todavía a los demás hasta no estar seguros de que todo va bien y de que sigue para adelante. Es buena idea: hasta un 50% de los embarazos bioquímicos se pierden. Es normal, es así la naturaleza. Te fijas en todas las embarazadas y bebés que hay en la calle y en los centros comerciales, antes no te habías dado cuenta. Entras en google y buscas cosas como "embarazo", "parto", "parto natural, tu ciudad", "epidural", "cesárea". Te invaden pensamientos, deseos, emociones y sensaciones. Comienzas a informarte. Poco a poco esta búsqueda de información va invadiendo tu vida y tus amigos comienzan a pensar que estás obsesionada. Vas pidiendo una cita en el médico para ver cómo es el seguimiento de embarazo, qué hay que hacer.
El seguimiento médico del embarazo habitual en el primer trimestre se reduce a tres elementos: las primeras consultas con el médico o matrona que te va a llevar el embarazo, la analítica de primer trimestre y la ecografía de primer trimestre.
La primera consulta de embarazo
En España lo habitual es que el seguimiento del embarazo lo realice un ginecólogo. Pero no es la única opción. Hay lugares donde el seguimiento del embarazo lo realiza el médico general, y hay lugares donde lo realiza la matrona (ej: Gran Bretaña, Holanda). La primera consulta consiste básicamente en examinar tu historial médico, sobre todo para saber si existen antecedentes personales o familiares de diabetes, de alteraciones tiroideas y en general de cualquier cosa que haya que tener en cuenta a la hora de las recomendaciones generales.
Recomendaciones generales
Las recomendaciones generales para la gestación son básicamente hacer vida normal y tomar algunos suplementos vitamínicos. El suplemento vitamínico "obligatorio" es el ácido fólico. Es obligatorio desde que en los años 80 se descubrió que asegurando la ingesta de ácido fólico se disminuye significativamente la probabilidad de ciertas malformaciones en los bebés llamadas defectos de cierre del canal neural. Entre estas malformaciones están incluidas la espina bífida y el meningocele, que pueden llegar a ser graves por producir parálisis de miembros inferiores o de la vejiga. El ácido fólico se encuentra de forma natural en vegetales verdes como la espinaca (fólico deriva de hoja, "folia") pero merece la pena tomar un suplemento no sólo cuando ya se está embarazada, sino desde antes, cuando existe posibilidad de concepción ya que el efecto importante como protector de estas malformaciones es realmente durante el primer mes desde la concepción.
Además del fólico, desde antes de la gestación es conveniente también asegurar unos niveles adecuados de Magnesio, Zinc, y vitamina D. La vitamina D no depende sólo de la ingesta sino que precisa un paso de metabolización en la piel con la acción de la luz del sol. Por ello, tomar el sol es saludable.
Durante todo el embarazo es conveniente también ingerir suficiente yodo. El déficit de yodo es una posible causa de hipotiroidismo, que se presenta con síntomas de fatiga, bocio, depresión, aumento de peso, y sensibilidad al frío con baja temperatura corporal. Hoy día consumimos alimentos procedentes de muchos lugares del mundo por lo que es inhabitual el déficit de yodo. En el pasado, en zonas de escasez de yodo, se daba con frecuencia retraso mental debido a déficit de yodo intraútero o bien en la infancia. Por ello en algunas ciudades del mundo se adiciona yodo al agua de consumo. No es mala idea tomar la rutina de consumir sal yodada en lugar de sal normal.
Estas amenazas de carencias nutricionales se pueden combatir haciendo una alimentación sana y variada, pero la mayoría de los ginecólogos optan por recomendar a todas las gestantes la ingesta de complejos vitamínicos que contengan todas estas sustancias mencionadas; estos complejos se comercializan ya con una composición diseñada para el embarazo y se suelen tomar en forma de una cápsula o comprimido al día. En las farmacias no requieren receta.
Pero existen otras amenazas más difíciles de combatir. Son las amenazas por la cantidad de sustancias tóxicas a las que estamos sometidos. Hay miles de sustancias artificiales diferentes que están presentes en el aire que respiramos, en la comida que ingerimos, y en las sustancias de aseo que utilizamos. Muchos de estos tóxicos llegan al embrión a través del útero. La recomendación aquí es evitar, al menos, las más evidentes minimizando el uso de cremas, jabones, perfumes, y sustancias de maquillaje y de desmaquillaje.
En cuanto a la dieta, la embarazada debe tener una dieta completa, equilibrada. Con la ciencia en la mano realmente prohibiciones no hay más que el tabaco y las drogas. Bebidas alcohólicas pueden tomarse de forma esporádica. Todo aquello que es perjudicial en una persona sana, lo es más en una embarazada. Es recomendable no abusar de los azúcares rápidos. No ocurre lo mismo con las grasas. El embrión precisa de sustancias grasas variadas para la formación de sus membranas celulares, neuronas, y sistemas hormonales. El embrión precisa por ejemplo de sustancias como el colesterol.
La Toxoplasmosis es una infección muy leve; tanto que en las personas normales pasa desapercibida; cuando se contacta con el Toxoplasma se adquiere inmunidad. Sin embargo, en el embrión puede tener consecuencias graves que incluyen ceguera o retraso mental. Por ello, mientras no se haya demostrado que se es inmune, es conveniente tomar ciertas medidas adicionales tales como:
• lavarse las manos antes de manejar alimentos (la embarazada y quien cocine para ella), • lavado de vegetales, especialmente los de suelo, pero también frutas, incluyendo los envasados comercialmente, • evitar todo tipo de carnes crudas, incluyendo embutidos y jamón serrano, • usar guantes y lavado de manos tras actividades de jardinería o de cuidado de animales, • evitar contacto con excremento de gatos
Hay que tener en cuenta que es muy baja la probabilidad de que justamente en el embarazo ocurra el primer contacto en la vida con el toxoplasma. Esto quiere decir que aunque las medidas expresadas son recomendables, si por algún motivo se han transgredido, no hay que hacer nada especial. Confirmar la presencia o no de inmunidad para el Toxoplasma es una medida que resulta controvertida. Muchos ginecólogos optan por no realizar esa prueba pues no hay evidencias científicas de que realmente sea un elemento útil en el seguimeinto del embarazo y sí hay indicios del daño que crea la interpretación cuando los resultados son dudosos. Por ello hay países donde los protocolos generales desaconsejan esa medida. Lo mismo ocurre con algunas infecciones aún menos tratables, como el citomegalovirus.
En cuanto al estilo de vida, existen trabajos científicos que avalan la importancia de que la embarazada evite el estrés emocional mantenido. Por lo demás la embarazada debe hacer una vida normal en cuanto a nivel de ejercicio físico y mental. Es saludable tener vida sexual según el deseo de cada persona. Es saludable el ejercicio físico moderado. Pero es saludable también asegurar la cantidad adecuada de descanso. Una embarazada, ya desde el principio del embarazo, precisa más horas de descanso de lo habitual, por lo que no sería mala idea adquirir la rutina de alguna siesta a lo largo del día.
Si hay un hermano mayor, este puede seguir tomando el pecho durante todo el embarazo y continuar después en tandem con el nuevo bebé cuando nazca.
La analítica del primer trimestre
La analítica en sangre del primer trimestre va dirigida, por un lado, a confirmar niveles adecuados de sustancias como hemoglobina (detectando posibles casos de anemia) y glucosa (detectando posibles casos de diabetes), por otro lado a descartar infecciones como hepatitis, VIH y Sífilis y por otro lado a detectar estado inmunitario con respecto a Rubéola y, en algunos lugares, a Toxoplasma. Se suele realizar también analítica de orina para detectar posibles infecciones urinarias, que en el embarazo son más frecuentes y además tienen más posibilidades de hacerse graves.
En torno a la semana 10 del embarazo se realiza la analítica dirigida al despistaje de cromosomopatías. La cromosomopatía más prevalente el la triploidía del cromosoma 21, más conocida como síndrome de Down. Se analizan dos sustancias en sangre: la PAPP-A y la beta-HCG. Dichos valores no arrojan ninguna información hasta no conocer la edad gestacional con precisión. La fecha estimada de la fecundación a menudo no es un dato conocido por la mujer. La fecha de última regla es orientativa, pues la fecundación se suele producir en torno a dos semanas después, pero tampoco es un valor fiable. La forma más fiable de conocer la edad gestacional es la ecografía, mediante la medida cráneo-nalgas del embrión. La analítica dirigida al screening de cromosomopatías se puede realizar el mismo día que la ecografía (en torno a 12 semanas cumplidas), pero se gana precisión en la prueba si se realiza en la semana 10. Ya se realice la analítica dos semanas antes de la eco, o se realice el mismo día, el último paso de este despistaje de cromosomopatías es poner juntos los resultados y introducirlos en un programa de ordenador. Con los datos de la PAPP-A y de la beta-HCG (junto con la fecha en que la sangre fue extraída), con la medida del pliegue nucal en la ecografía y la longitud craneo-nalgas (junto con la fecha en que la ecografía fue realizada) y con la edad de la gestante, un programa informático, habitualmente en el laboratorio de análisis clínicos, calcula el riesgo de sd de Down. El valor de este riesgo es el dato que se debe tomar para la decisión sobre si realizar o no amniocentesis. La decisión de realizarse amniocentesis es en general a criterio de la embarazada. Hay mujeres que quieren hacerse la prueba para tener la certeza absoluta respecto al síndrome de Down: en ellas el mencionado despistaje de cromosomopatías no es necesario. En el otro extremo, hay mujeres que de ninguna manera se van a realizar una amniocentesis porque diera el resultado que diera no procederían a realizar una interrupción voluntaria del embarazo: en ellas el despistaje de cromosomopatías tampoco es necesario. Pero para la mayoría de las mujeres es de ayuda saber si el riesgo es en torno a 1 /10000, 1 /1000, 1/100 o 1 /10. La forma más racional de proceder según el riesgo, recomendada por la Fetal Medicine Foundation de Londres es, si el riesgo es menor de 1 /1000, tomarlo como riesgo bajo y no hacer nada; si el riesgo es mayor de 1 /100, tomarlo como riesgo alto y realizar amniocentesis; y si el riesgo es intermedio entre estos dos valores, repetir la ecografía para mirar más datos, como la presencia de hueso nasal, y con estos datos adicionales, decidir si realizar o no la amniocentesis.
La ecografía del primer trimestre
Muchas personas se extrañarán al ver este título en singular y no en plural ("las ecografías del primer trimestre") porque muchas personas se realizan múltiples ecografías, especialmente en la medicina privada. Muchos futuros padres están ansiosos por confirmar que el hecho de estar embarazada realmente significa que dentro hay un ser vivo. Piden al ginecólogo realizar una ecografia casi como quien exige un derecho por el que están pagando; muchos ginecólogos creen estar aportando algo claramente positivo si "regalan" una ecografía más aunque no sea necesaria; y en la medicina publica muchas mujeres acuden a un centro de urgencias hospitalarias con cualquier pretexto con la esperanza de que el ginecólogo haga una ecografía para ver por primera vez a su embrión de bebé. Pocas personas piensan que la ecografía pudiera tener algún efecto indeseable. Pues bien, la primera ecografía del embarazo recomendada por la sociedades profesionales ginecológicas es tras cumplir 12 semanas desde la última regla y existen, a mi juicio, al menos dos posibles efectos perniciosos de ecografías antes de las 12 semanas. El primero es que desde hace pocos años existen indicios en animales de experimentación de que la ecografia podría interferir delicados procesos en la formación del embrión por interferir en la migración neuronal de las células (Ang ES Jr, Gluncic V, Duque A, Schafer ME, Rakic P., 2006). De confirmarse este efecto es algo grave y podría estar siendo causa de muchas pérdidas de embarazos incipientes. El segundo, no tan grave, pero más evidente, es el efecto como elemento productor de estrés. Cuando se realiza una ecografía el las primeras semanas de embarazo a menudo resulta ser demasiado pronto y no se puede confirmar el latido del corazón del embrión. Aunque se asume que lo mas probable es que sea demasiado pronto, a menudo esto obliga a ulteriores investigaciones, pues creada la duda, hay que confirmar que no es una gestación interrumpida, o extrauterina, etc, y es habitual que en ese tiempo la mujer esté en un estado de ansiedad al que no tendría por qué haber llegado. Pero además muchos embarazos muy precoces se pierden como parte de la normalidad, por azar; como es en una fase muy incipiente, la mujer tiene un sangrado mayor que una menstruación y lo expulsa sin problemas; detectar un embarazo incipiente interrumpido sólo lleva a tener que realizar una intervención (legrado) que de otra forma no habría sido necesaria. Por eso mi recomendación particular es que la primera ecografía del embarazo se realice aproximadamente al cumplir 12 semanas, como recomiendan las instituciones profesionales, y no antes (salvo que exista una causa para ello).
La ecografia de las 12 semanas tiene por funciones medir al embrión para saber con precisión su edad, medir el pliegue nucal como parte del despistaje de cromosomopatías, y asegurar si se trata de un sólo embrión o más y, en ese caso, diagnosticar si se trata de una sola placenta o de más de una, lo cual tiene gran repercusión en el seguimiento posterior del embarazo.
Problemas del primer trimestre
Uno de los problemas que más habitualmente aparecen en la embarazada, y además uno de los primeros en aparecer son las nauseas y vómitos. Tienen la característica diferencial con otros tipos de vómito de que no hay pérdida del apetito y no hay diarrea ni dolor abdominal. Si son esporádicos y no interfieren con la vida normal, no hay que hacer nada especial. A menudo mejoran aumentando las horas de descanso y evitando el estrés. Si son mayores se puede acudir al ginecólogo quien, habitualmente prescribirá un medicamento llamado Caribán.
Otro problema característico del primer trimestre es la aparición de un manchado vaginal de aspecto sanguinolento. Por definición todo manchado de aspecto sanguinolento se denomina amenaza de aborto. Cuando ocurre es necesario evitar el estrés y asegurar el descanso, lo cual se traduce en una baja laboral si se da en una mujer que trabaja. Mientras sea un manchado escaso no es imprescindible acudir al ginecólogo, pero sí realizar este tipo de "reposo relativo". Antiguamente se prescribía reposo absoluto en cama pero la investigación científica ha demostrado que no es necesario y además el estrés emocional que esto conlleva puede ser perjudicial. Si el sangrado se hace mayor, en una cantidad que comienza a semejarse la la de una menstruación, o si se acompaña de dolor intenso, entonces es necesario acudir a un servicio de urgencias ginecológicas para diagnóstico.
En cuanto al dolor, si es leve, es probable que no sea nada importante. Pero siempre que exista un dolor abdominal intenso en las primeras semanas o meses de embarazo es importante acudir a un servicio de urgencias ginecológicas para el diagnóstico, ya que hay que algunas de las posibilidades diagnósticas conllevan gravedad, como es el caso de las gestación ectópica, entre otras.
Una vez confirmado el motivo de mis náuseas, mareos, cansancio, etc. es un embarazo que sigue su curso de forma normal, y que queda poco para pasar el primer trimestre, vuelvo a estar más animada. Estoy segura de que a partir de ahora la mayoría de textos van a estar relacionados con este estado en el que me encuentro, el parto, la lactancia... Si me pongo cansina, me lo decís ;)
Entrevista publicada en Consumer La imagen es de Marta Chicote, una ilustradora que he descubierto a través de una amiga y que resulta que es vecina mía. ¡Qué bien dibuja la gente! Nunca dejaré de asombrarme.
Cada niño tiene un ritmo de aprendizaje que hay que respetar"
Doctora en Bellas Artes, pintora y maestra, Isabel Cabanellas fue reconocida como catedrática emérita por la Universidad Pública de Navarra cuando se jubiló de su plaza de docente. Autora de numerosos estudios sobre la enseñanza, acaba de publicar "Ritmos Infantiles. Tejidos de un paisaje interior", una reflexión práctica sobre la construcción del pensamiento del niño en sus tres primeros años de vida, que invita a reflexionar sobre la complejidad del comportamiento infantil y la necesidad de respetar sus propios ritmos en esta etapa.
¿Qué esconde el título de su último libro?
Parto de la estética como la capacidad de empatía del ser humano en la comprensión de la vida, como fusión entre la naturaleza que le rodea y la cultura que la que se enmarca. Se trata pues de un estudio que facilita su puesta en práctica. El libro redunda en la necesidad de lograr y trabajar por una educación más rica, cuidada y respetuosa del niño, y en una actitud infantil que sea, a su vez, respetuosa con el adulto.
¿Por qué limita la infancia a los 0-3 años? ¿Es un ciclo en sí mismo?
Un niño comienza a relacionarse con la estética en la etapa de los 6 a los 36 meses En realidad han sido mi experiencia y mi trabajo los que me han colocado en este estadio de la vida. Comencé dando clases a chavales de 16 y 17 años, y percibía en ellos que su capacidad estética, su talento y su sensibilidad artística estaban ya machacados. Se habían perdido por el camino. Emprendí entonces una cuesta abajo: los 12 años, los 10 años, los 6 años, y descubrí que repetía esa pérdida. Al final, descubrí a los niños más niños, desde los bebés de 6 meses hasta los de 36 meses. Curiosamente, en ese momento estaba leyendo a Oteiza, y coincidíamos en que es ésa la etapa de la vida en que un niño comienza a relacionarse con la estética, comienza a visionar su mundo y a concretar la relación que tendrá con él. En definitiva, mi carrera me ha llevado a las raíces del "ser artista".
El libro, dirigido por usted, está firmado al alimón con la socióloga Raquel Polonio Rubio, la arquitecta Clara Eslava y el compositor musical Juan José Eslava. ¿Cuál es el nexo de unión entre todos?
Lo que nos une es el interés por la neurodidáctica, una rama del saber que tiene muy presente la importancia de la neurología en su aplicación a la educación. En el cerebro, en las terminaciones nerviosas, en su morfología y su estructura reside la creatividad, el pensamiento, las facultades, y no se pueden obviar cuando se trata de fundamentar científicamente teorías y experiencias.
¿Cuál es la principal conclusión a la que se ha llegado?
Hay que conjugar el tiempo del adulto con el del infante, pero no imponerlo Que a los niños hay que respetarles su tiempo. Cada uno tiene un ritmo de aprendizaje, de compresión, de actuación, y si no se respeta, no se consigue nada. Es cierto que hay que conjugar el tiempo del adulto con el del infante, pero eso no significa imponer el tiempo del adulto al del niño. El niño puede, y se le debe permitir, conformar su propio ritmo. Y si se le respeta, creará su comunicación, se acercará al aprendizaje.
¿No se ha ahondado ya en demasía en la necesidad de que el adulto flexibilice su actitud como educador?
Ser flexible no significa ser desordenado o indisciplinado. El orden es esencial, pero no la imposición del tiempo y muchos menos la consecución de los objetivos. ¿Por qué se selecciona el material con el que debe aprender un niño? ¿Por qué no lo puede seleccionar él mismo? Se le puede ofrecer un espacio y un tiempo para que descubra y aprenda, pero no se consigue nada imponiéndole una búsqueda concreta y unas conclusiones preestablecidas, en un tiempo medido previamente. Pasa lo mismo cuando son mayores. A los 6 años, por ejemplo, se les ofrece una serie de fichas que deben cumplimentarse en un tiempo determinado para concluir que se han hecho bien las cosas. Pues no. Han perdido el tiempo. Han obedecido una norma, pero sólo han aprendido a rellenar algo que ha fabricado un adulto con ese fin.
En una obra anterior suya, "Territorios de la Infancia", premio Aula del Ministerio, reivindicaba espacios urbanos para que los niños puedan encontrar su espacio en las ciudades. ¿Se refiere a parques infantiles, a espacios de ocio que no sean comerciales o a escalas más asequibles, como las que ofrecen los pueblos?
Reivindico espacios urbanos donde puedan convivir los niños Por una parte, me refiero a que las guarderías o escuelas infantiles deben contar con su propio patio. Y digo esto porque en Madrid, e imagino que en otras ciudades, se están habilitando parques públicos como patios de colegios, y eso es un grandísimo error. ¿Qué hace un educador, por muy competente que sea, sin un lugar concreto donde poder acompañar a los niños y a los bebés en el descubrimiento del mundo? El patio es necesario. Lo demás responde a intereses económicos: más plazas, más rentabilidad, menos espacio. Reivindico espacios urbanos para los niños donde ellos puedan convivir.
¿Qué le parece la dinámica actual de sobreestimular a los niños?
Mal. No conduce a ningún sitio. Lograr que un niño reconozca que Las Meninas son una obra de Velázquez carece de sentido. Conseguir que un niño de tres años sepa comer e incluso ayude a un bebé a hacerlo es mucho más enriquecedor que acumular conocimientos o habilidades mal aprendidas. Intelectualmente, también, no pensemos sólo en los modales.
¿Cómo se logra el equilibrio entre la enseñanza escolar y la educación familiar?
Hay que facilitar el acercamiento entre padres y escuela Con la participación de los padres y las madres en los centros escolares. Para ello hay que facilitar el acercamiento ofreciendo facilidades logísticas, algo tan sencillo como un servicio de guardería, y perseguir intereses comunes y compartidos.
¿Qué opina sobre la necesidad que denotan las nuevas generaciones de chicos y chicas que buscan el éxito, el reconocimiento público a su talento o sencillamente a su persona?
Es terrible. Pero es resultado de lo que han aprendido. Se les ha evaluado y no se les ha valorado. Se les ha juzgado por los contenidos que han sido capaces de demostrar que han aprendido. Se ha estimado la cantidad y no la calidad. De manera que, al final, se repite el esquema. En tanto me evalúas, tanto valgo.
¿Cómo es una infancia feliz?
Aquélla en la que al niño y la niña se les plantean retos y disfrutan consiguiéndolos. Una infancia en la que el adulto respeta también sus tiempos, y que les ayuda, pero desde detrás. El niño siente que su madre y su padre le apoyan pero no le dictan, ni le resuelven el problema. Le respetan su modo particular de actuar. De esta manera, logrará sus propias conquistas, se responsabilizará de ellas y se enorgullecerá de sí mismo. También aprenderá a procurarse a sí mismo la felicidad.