viernes, 24 de septiembre de 2010

Lana cardada, afieltrada o Waldorf...


El otro día Eva me descubrió esta labor y la verdad es que tiene su punto creativo y relajante. Salí de su casa con esta muñeca, a la que un día pondré brazos (con limpiapipas, me dijo) y un kit para practicar. Nada más llegar a casa, Laia me dijo que quería que para el cumple de uno de sus amigos le hiciera una pelota como regalo. Ella lo intentó pero al primer pinchazo desistió (la verdad es que fue un pinchado profundo, pobre).

Buscando en internet encontré un mundo sobre esta actividad, cómo no, y también cómo ponerle cascabel a la pelota. En el enlace también explica muy bien la técnica, en la que a ratos parece que hagas budú.

Pues nada, ya tengo una nueva afición. Ahora a practicar para mejorar, jeje.

Si mi madre me viera...